Pastel de calabacines

Cómo hacer Pastel de calabacines

Poner en un bol la harina junto con un poquito de sal y la mantequilla o margarina. Cortarla con dos cuchillos hasta reducirla al tamaño de granos de arroz.

Batir el huevo con 2 cdas. de agua helada y verter sobre la preparación del bol, agregando luego más agua fría, mientras se mezcla, hasta lograr una masa blanda, que se desprenda de las paredes del recipiente, pero cuidando que no resulte gomosa (por ello el agua se ha de añadir gradualmente y en la medida en que sea necesaria, dependiendo de la cantidad, del tamaño del huevo y el ingrediente graso empleado). Dejar reposar la masa en la heladera mientras se prepare el relleno.

Quitar la parte dura a los calabacines, lavarlos, secarlos y luego cortar por la mitad y ésta en rodajas fines. Picar la cebolla y poner en una cacerola junto con la mantequilla, margarina o aceite. Tapar el recipiente y cocinar hasta que esté dorada.

Agregar los calabacines, sazonándolos con sal. Tapar la cacerola y cocinar lentamente hasta que los calabacines suelten líquido; entonces revolver, y continuar la cocción con la cacerola destapada, hasta que se evapore todo el líquido y resulten casi secos.

Retirar la cacerola del calor, sazonar la preparación con pimienta y nuez moscada, agregar el orégano, el queso, y, una vez todo tibio, incorporar los huevos ligeramente batidos, reservando 2 cdas. para pintar.

Estirar algo más de la mitad de la masa preparada, en forma de disco, sobre la mesa bien enharinada, y forrar un molde de tarta enmantequillado. Colocar en el interior el relleno, estirar la masa restante del mismo modo que la anterior y cubrir el relleno; recortar la masa sobrante y hacer un repulgue en el borde.

Pintar con el huevo reservado y llevar a horno algo fuerte hasta que comience a dorarse; entonces reducir a moderado pare que se cocine bien la masa, que debe resultar crocante. Servir caliente o fría.