Setas: amigas o enemigas?

Las setas son una tentación irresistible, pero hacen bien o mal? Cuántos se pueden comer? Es cierto que son indigestas?

Vamos a tratar de arrojar un poco de luz sobre este alimento tan valioso para el organismo y delicioso para preparar increíbles variaciones gastronómicas.

Beneficios para la salud

La primera buena noticia es que las setas están compuestas por 90% de agua y tienen muy pocas calorías, sólo 25 cada 100 gramos. En compensación, son ricos en minerales, antioxidantes y vitaminas del grupo B. En general, tienen además efectos beneficiosos sobre el sistema cardiovascular y el metabolismo de las grasas (incluyendo el odiado colesterol), se consideran un valioso apoyo del sistema inmune. Esto demuestra que la naturaleza no hace nada por casualidad: consumirlos en el otoño, o en su temporada natural, es una gran ayuda para defenderse contra los resfriados y la gripe. Nada impide, por supuesto, comerlos en otros momentos del año, tal vez disecados, una forma en que igualmente se mantienen inalteradas sus características nutricionales.

Contraindicaciones

Las setas comestibles no son indigestas, pero pueden causar estreñimiento intestinal en personas que no tienen en el estómago algunas enzimas que pueden reelaborar sustancias tales como el manitol y trehalosa. Por otra parte, la quitina que contienen, la misma fibra que ayuda a mantener las arterias limpias, no es metabolizable por el organismo, por lo que si nos damos un atracón de setas, tendremos dificultades para eliminar esta sustancia

Cuántos y cómo

Los expertos aconsejan no comer más de 300 gramos por semana, para evitar una acumulación de sustancias difíciles de reelaboración, además de las absorbidas del medio ambiente (incluyendo metales pesados, que las setas son capaces de fijar). Siempre se deben consumir previamente cocidas, porque de esta manera se disuelven las toxinas termolábiles. Esta advertencia se aplica solamente a las setas comestibles, en las venenosas estas toxinas permanecen intactas incluso si se cocinan, por este motivo no deben consumirse. También es bueno masticarlas para facilitar la digestión. Es mejor no dárselas a los niños, cuya masticación es menos eficaz.

Para no arriesgarse

"El ajo o una cucharilla de plata se ennegrecen en contacto con las setas venenosas". "Si un gato o un caracol comen una seta significa que es comestible". Todo absolutamente falso! Para distinguir un hongo comestible de uno que no lo es, es necesario ser un experto recolector, o confiar en el consejo de un micólogo. De lo contrario, mejor no arriesgarse a recoger cualquier hongo y comprarlos en las tiendas!

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