Fast food: en 30 años los alimentos se han vuelto más calóricos y salados

A pesar de que con el tiempo las comidas rápidas han agregado más y más alternativas saludables, en los últimos treinta años sus menús se han deteriorado: más y más calorías y sal, con porciones cada vez más grandes.

La alarma fue lanzada por el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, con un análisis realizado por investigadores de la Universidad de Boston que mostró que, de 1986 a 2016, los sándwiches, guarniciones y postres de las cadenas de comida rápida han aumentado significativamente en sus aportes de calorías y contenidos de sodio.

Usando los datos recopilados en The Fast Food Guide, los investigadores establecieron que en los últimos treinta años, en las diez cadenas con más presencia en los Estados Unidos, la porción promedio de los sándwiches ha aumentado en 39 gramos, con 90 calorías más y 13,8% más de sal. La misma tendencia para las papas fritas, con más de 42 calorías y un 12% más de sodio. Los postres son lo peor: las porciones son 72 gramos más grandes, con un agregado de 186 calorías. Además, con el tiempo, la variedad de platos en los menús ha aumentado en un 226%, pero estas nuevas alternativas también son menos saludables que las disponibles hace tres décadas.

En promedio, una consumición en un restaurante de comida rápida, con un sándwich y acompañamiento, proporciona 767 kcal, casi el 40% de una dieta de 2000 calorías diarias. Y si se agrega una bebida calórica, se eleva en un 45-50%. No es solo un problema de calorías, sino también de la cantidad de proteínas, grasas, azúcares y sal que contienen los productos. "Necesitamos, dicen los académicos, encontrar mejores maneras de ayudar a las personas a consumir menos calorías y sodio. Nos gustaría ver más cambios, como los restaurantes que ofrecen porciones más pequeñas a un precio proporcional".

Por lo tanto, la cuestión sigue siendo que, además de comer sándwiches, papas fritas y refrescos de al menos mil calorías cada uno, ingerimos azúcares y sal en exceso. Y el riesgo es que, si seguimos este modelo de alimentación, en los próximos años la cantidad de personas obesas puede continuar aumentando.

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