Bicarbonato de sodio y vinagre para limpiar el horno
En primer lugar, poner en el horno una cazuela de bordes altos en la que previamente se haya vertido una copa de vinagre blanco o vinagre de manzana y un poco de agua. Dejar la cazuela u olla en el horno a 180 grados durante unos 30 minutos. De esta forma el vapor que se formará por el calor ablandará las incrustaciones más duras y tendrá una acción desengrasante.
Transcurrida media hora apagar el horno, dejar enfriar la mezcla de agua y vinagre y utilizarla para limpiar las superficies del horno con un paño. Al final, enjuagar bien.
Por último, tratar las incrustaciones más rebeldes con un paño empapado en una mezcla de agua y dos cucharaditas de bicarbonato de sodio.
Para incrustaciones resistentes
Si las incrustaciones en las paredes del horno son particularmente resistentes, intensificar el proceso de ablandamiento encendiendo el horno a una temperatura de 150-180 ° C. Mientras tanto, calentar 4 litros agua en una olla en la estufa hasta que hierva un poco. En este punto, agregar un vaso de vinagre y volver a colocar la olla en el horno. Dejar actuar al menos 3 horas con el horno apagado. Pasado este tiempo, retirar la suciedad con una espátula de plástico o una esponja no abrasiva, para no dañar el revestimiento interno.
Atención a los olores
Recordar que después de la limpieza, es importante enjuagar muy bien el horno para evitar la emisión de vapores de vinagre durante el uso posterior. Si aún huele a vinagre después del enjuague, volver a calentar el horno e introducir una olla con 1 litro de agua y el jugo de 2 limones. De esta forma se eliminarán de forma permanente los malos olores.
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