Somos viajeros curiosos también en la mesa?

Somos viajeros curiosos, incluso en la mesa? Y no nos referimos a los crepes bretones o moussaka, la cuestión tiene que ver con la aventura y la inventiva culinaria.

Estamos dispuestos a correr el riesgo de probar nuevos sabores distantes de nuestras tradiciones?

La pregunta surge de la lectura de un libro recién impreso por Luis Devin, "En los límites del gusto", un mapa gastronómico de los alimentos más inusuales (al menos para la mayoria de la gente).

Comenzando con precaución, por el fugu (pez globo), un pez tan tóxico como delicioso, comer fugu es un reto, un desafío, dadas las víctimas que se ha cobrado con el paso del tiempo. Delicado, blanco, de carne elástica, el fugu se come regularmente en sashimi, una vez eliminada la tetrodotoxina. Sin embargo, los cocineros más expertos saben que dejar una cantidad infinitesimal e inocua de esta toxina, alcanza para sentir entumecimiento y hormigueo, síntomas típicos de un proceso que en el peor de los casos no se detiene. En resumen, con el pez globo, si se comen determinadas partes, y en las dosis equivocadas, no se sobrevive, no hay un antídoto, no hay salida un poco "como el movimiento de los 5 pasos en Kill Bill: letal.

Hay alimentos más conocidos y menos peligrosos, pero por su olor tan penetrante es recomendable probarlos al aire libre. Hablamos del arenque báltico fermentado, producido en Suecia. Arenques tan fermentado que deforman hasta los frascos que los contienen, listos para explotar. Son bombas de ácido muy olorosas que, de hecho, no se puede llevar a bordo de acuerdo con las listas negras de muchas compañías aéreas.

La lista es larga e interesante. Se extienden desde nidos de aves chinos producidos estrictamente por la saliva de los machos de vencejos (prácticamente golondrinas) hasta un aperitivo a base de sangre de cobra en Vietnam.

Para los que se asombran convencidos de que estas prácticas de alimenticias son menos dignas que otras, vale la pena recordar que en varios paises de Europa hay sabrosos quesos con gusanos y que nuestros abuelos, desde la óptica moderna de la reutilización, preparaban la morcilla con sangre de distintos animales!

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