5 trucos para mejorar el sabor y la frescura de las verduras

Principalmente en verano, cuando el calor nos quita la energía y el apetito, se desean comidas más livianas y frescas. Para ésto nada mejor que un buen plato de verduras: ligeras, porque tienen pocas calorías, frescas porque no es necesario comerlas calientes (muchos de ellas no requieren cocción) y depurativas por su alto contenido de agua.

A pesar de que las verduras son nutritivas, ligeras y sabrosas no todos las aman, pero si se cocinaran o prepararan de manera diferente, ¿cuántos lo volverían a pensar? Veamos como acondicionarlas y prepararlas para aprovechar todos sus beneficios.

• El primer y obvio paso a tomar cuando se quiere cocinar las verduras es lavarlas: antes de cortar las verduras deben ser lavadas a fondo para eliminar las impurezas que se depositan en ellas, principalmente en las hojas.

• Después de limpiar las verduras, se deben cortar, pero atención: las verduras no se deben cortar con cuchillo, sino con tijeras. Al cortar con un cuchillo se arriesga a romper la fibra de las hojas, generando una rápida oxidación. Durante la oxidación las verduras pierden muchos nutrientes, por lo que conviene cortarlas justo antes de llevarlas a la mesa.

• Después de ser lavadas y cortadas como las condimentamos? Agregue un poco de sal siempre antes de servir, si se condimenta con mucha anticipación podría deteriorarse su sabor, ya que se deshidratarían, perdiendo consistencia y volumen. Además de la sal no hay que olvidar el aceite de oliva y limón, este último, que es rico en ácido cítrico y vitamina C, ayuda a la absorción del calcio y el hierro.

• A las verduras también hay que agregarle algo de grasa, es mejor elegir entre las más saludables como el aceite de oliva, nueces, semillas, pescado y aguacate, que son ricas en vitamina A y E.

• No todas las verduras se pueden comer crudas, un truco muy útil para aquellas que se cocinan es el de no cocinarlas en agua. Es mejor preferir métodos más rápidos, como el vapor, el horno y o la sartén sin añadir agua, tres métodos que evitan la pérdida de fibra y nutrientes durante la cocción.