En realidad hacer esto se convierte en todo un exceso, sobre todo para la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, quienes nos indican que las prisas a la hora de ingerir los alimentos, resultan muy dañinas para la salud y hasta podria ser la principal causa de las enfermedades estomacales.
Cuando uno come de forma rápida se obtiene un resultado contraproducente, y es que la comida es un acto que requiere tiempo. Los alimentos deben masticarse bien para que lleguen triturados al interior del estómago. Cuando están ahí, las enzimas lo atacan, pero si lo hacen con mucha prisa no trabajan bien surgiendo las dificultades.
Se ha comprobado que la rapidez produce molestias gástricas debido a que la ingestión-digestión-absorción es todo un proceso que debe realizarse ordenada y pausadamente. Cuando el ritmo de la ingesta es alterado es seguro que pronto se tendrán problemas estomacales.
Al no tener un horario para las comidas, hace que dejemos mucho tiempo entre una y otra, y cuando por fin podemos sentarnos a comer, nuestros niveles glucémicos son tan bajos que el hambre que sentimos es inmensa, dando como resultado que los alimentos nos engorden más y con mucho contenido calórico.
Por ello, lo mejor es tomarse un tiempo prudente para comer, ya que aparte de sentirnos saludables nos ayudará a evitar el sobrepeso. Sólo son necesarias tener una dieta variada y equilibrada, y contar con el tiempo que nos permita disfrutar y asimilar para que nuestra nutrición sea la más adecuada.
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