Comer temprano reduce los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares

Además de una alimentación saludable, también es muy importante ser "aliados" del reloj: quienes desayunan y cenan temprano tienen menos posibilidades de contraer alguna de las enfermedades cardiovasculares, reduciendo el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos. Así lo revela un estudio publicado en Nature que duró de 2009 a 2022 y examinó a más de cien mil personas, demostrando la asociación entre los ciclos diarios de alimentación/ayuno con los llamados "relojes circadianos periféricos", es decir, las variaciones cíclicas que ocurren cada día involucran nuestras actividades biológicas, que participan directamente en la regulación del sistema cardiovascular.


Los resultados

"El horario de las comidas y el número de ocasiones en que comieron se estimaron a partir de registros dietéticos repetidos de 24 horas", explican los investigadores del Instituto Nacional Francés de Salud e Investigación Médica (Inserm), la Sorbona de París y el Instituto de Salud Global de Barcelona. Según el estudio, consumir la primera comida del día tarde (después de las 9 a.m. en lugar de antes de las 8 a.m.) y la última comida del día después de las 9 p.m. en lugar de consumirla antes de las 8 p.m. está "asociado con un mayor riesgo de resultados cardiovasculares, especialmente entre las mujeres".


Consejos de expertos

El estudio examinó a 103.389 participantes, el 79% de los cuales eran mujeres con una edad media de 42,6 años: en general, los participantes más jóvenes (estudiantes o desempleados), sin antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares, fumadores habituales pero deportistas tenían tendencia a desayunar y cenar más tarde. En términos porcentuales, retrasar el desayuno aumenta un 6% la aparición de enfermedades cardiovasculares, que llega al 8% si se cena demasiado tarde. "Nuestros resultados sugieren una ventaja potencial al adoptar patrones de alimentación más tempranos y combinar un período de ayuno nocturno más largo con una última comida más temprana, en lugar de saltarse el desayuno, en la prevención de enfermedades cardiovasculares", explican los investigadores.


Los numeros en el mundo

En definitiva, para comer bien debemos ser madrugadores y no trasnochar demasiado. Las enfermedades cardiovasculares siguen representando la principal causa de muerte y enfermedad en el mundo, con casi 8 millones de muertes cada año. El estilo de vida moderno, cada vez más acelerado, la falta de tiempo en las sociedades occidentales y el número cada vez mayor de prácticas de ayuno que promueven saltarse comidas "han llevado a malos comportamientos nutricionales, como comer tarde por la noche y saltarse el desayuno", explican los expertos.

El ciclo diario de alimentación y ayuno sincroniza los ritmos circadianos en los órganos periféricos, "incluido especialmente el hígado, pero también el corazón, los riñones y el páncreas, e influye en las funciones cardiometabólicas, incluida la regulación de la presión arterial".

La crononutrición es un nuevo campo en las Ciencias de la Nutrición de fundamental importancia para explicar la relación entre el momento de la ingesta de alimentos, los ritmos circadianos y la salud del organismo humano.

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