¿Comerías helado de insectos?

En el verano de 2015, la reconocida revista The Economist publicó en Londres un artículo sobre el helado de insectos, definiendo la iniciativa, "una nueva única campaña de marketing experiencial" y declarando el objetivo de captar la atención del público y fomentar nuevos adherentes, pero también de difundir el siguiente mensaje: disminuir el consumo de carne y sustituirla por insectos, ampliando y diversificando la oferta de alimentos, lo que podría ser una nueva manera de promover la sostenibilidad ambiental.

Durante dos semanas, un triciclo se movió a lo largo de las calles de la capital británica ofreciendo cuatro particulares sabores de helado: Scurry Berry, que contiene insectos mezclados; Choc Hopper, con pedazos de saltamontes; Fresas y espirales, enriquecidos con diversos gusanos, y nutritivos napolitanos, con criaturas no identificadas. "Es nuestro camino -explicaron los directores de la revista- llevar The Economist a lectores potenciales en el mundo real, en tiempo real, creando una experiencia de contenido. Proponer un viaje que vaya más allá de la común zona de confort".

La gente, al ver los en cuestión, reaccionó con asombro. Muchos no tuvieron el coraje de probarlo, pero muchos otros sí. Y alguien también expresaron un cierto placer.

¿El helado de insecto de 2015 fue la expresión de un arriesgado futurismo, de una proyección demasiado fantasiosa, de una provocación creativa más simple? Nada de esto. Ahora se lo puede definir como un verdadero presagio. A exactamente dos años de distancia, La Newyorkina, una conocida heladería de la Gran Manzana, que sirve principalmente dulces inspirados en la tradición mexicana, ha decidido ampliar su menú con los saltamontes, que utiliza como topping: "En Oaxaca - explica el dueño local Faby Gerson - comer saltamontes es un hábito generalizado. También se consumen como aperitivos y bocadillos energéticos, del mismo modo que las nueces".

Gerson informa que las solicitudes de los clientes ya son numerosas. También porque los saltamontes son crujientes y tienen un sabor delicado que parece exaltar el del helado en sí. No hay que olvidar, entre otras cosas, que hace algún tiempo, incluso la FAO había recomendado comer más insectos, señalando que en la Tierra hay cerca de dos mil especies comestibles las cuales son ricas en proteínas, fibra, colesterol bueno, vitaminas y minerales. Por otro lado, los insectos ya son parte de la dieta de muchos países de Oriente y alrededor de dos mil millones de personas los ingieren diariamente.

Solo el mundo occidental ha puesto resistencia hasta el momento al fenómeno en cuestión. Y quién sabe si estos toppings de saltamontes, utilizadas como decoración de un buen helado, no marquen el comienzo de un cambio de rumbo...

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