Cómo cultivar fresas en casa

¿Te encantan las fresas y, en verano, no puedes prescindir de ellas? Si, como es de esperar, aprecias las fresas, ¿por qué no intentas iniciar una pequeña autoproducción casera?

Si la idea te atrae y tienes un pequeñisimo espacio verde, sigue estos consejos.

Una vez que se haya identificado la variedad a cultivar, compra las plantas o semillas en bolsita en un vivero. La primavera es la época perfecta para empezar a cultivar la fruta roja, que continúa hasta finales de verano. A continuación te explicamos cómo cultivar fresas en casa, en el jardín o en una maceta.


Semillas, plantas, técnicas y trucos

Tanto para las semillas como para las plántulas ya preparadas, es importante tener disponibles recipientes pequeños que deben llenarse con tierra húmeda y deben conservarse en un ambiente luminoso, con una temperatura ideal entre 22 ° C y 24 ° C.

Si se han utilizado semillas, se verán germinar después de unos diez días. Es importante despejar las plantas producidas, eliminando las más débiles.

Para una siembra ordenada, hay quienes prefieren sembrar en contenedores alveolares y, cuando la planta ha producido al menos cinco hojas verdes, continúan el cultivo transplantándola a macetas o jardines.


Cómo cultivar fresas en el huerto

Ya sea en el huerto o en una parte del jardín, para cultivar con cuidado las fresas en el suelo, es importante colocarlas en filas individuales a una distancia mínima de 20 cm entre sí. Por lo tanto, es necesario cavar un pequeño agujero (del diámetro de una moneda) e insertar el plantín. Para la profundidad, se ajusta según la raíz que haya desarrollado la planta en el frasco en el que nació.

Cuidadosamente cubrir el sistema radicular y regar con abundante agua. Tener cuidado de mojar solo la base de la planta, no las hojas ni los frutos.

Si se tiene un palé disponible, colocarlo entre las hojas de la planta y el suelo.


Cómo cultivar fresas en macetas

Si deseas cultivar fresas en una terraza, recuerda que el tipo de suelo perfecto para cultivar fresas es el mismo tanto para el jardín como para la maceta. El suelo debe ser blando, limoso y rico en sustancias orgánicas, con un pH que puede variar de 5,5 a 6,5. No obstante, con un buen drenaje, los frutos pueden ser abundantes en cualquier tipo de suelo.

Toma la planta y retirarla del recipiente inicial, colocala con su pan de tierra en la maceta. Luego llena la maceta con tierra y tapa completamente la raíz. Nuevamente, humedecer con abundante agua. Busca una ubicación que sea bastante luminosa para la maceta.

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