¿Cómo y cuándo se origina el 'picnic'?

Las películas y las pinturas celebran el picnic: pero ¿de dónde viene esta misteriosa palabra? Estos son sus orígenes y la historia de la comida al aire libre más famosa...

Picnic significa muchas cosas: un ritual casi mágico, con un poder socializador, que reúne, entretiene y hace soñar. El picnic sigue siendo un momento único, especial, de esos que quedan grabados durante mucho tiempo en nuestra memoria y en la de nuestros amigos o familiares.

Si no existiera, habría que inventar el picnic. Es una forma sencilla e ingeniosa de combinar el placer de pasar un día al aire libre, disfrutando de la belleza de la naturaleza, en compañía de gente amable. También es un momento ideal para desconectarse de la rutina diaria, un momento de descanso del desgaste de la vida moderna.

Si todo el mundo, más o menos, tiene experiencia en un picnic, quizá no todo el mundo sepa de dónde viene la palabra "picnic". Y, por qué se le dice así.


Picnic, de dónde viene esta palabra: Orígenes e historia

El término picnic deriva del francés "pique-nique" (que luego se convirtió en "picnic" en el idioma de Shakespeare). Es una palabra compuesta por dos palabras: del verbo "piquer", que significa "tomar" y "bromear", pero también "robar", y del antiguo sufijo "nique" que indica una pequeña cosa de poco valor. Esta palabra comenzó a difundirse a finales del siglo XVII. Se utilizaba para designar una comida frugal, sin formalidades particulares, preparada con alimentos sencillos "robados" de la cocina.

Posteriormente, a partir de 1748, la palabra "picnic" aparece en el Oxford English Dictionary.

Comenzó así a convertirse en un término de uso común utilizado para indicar una comida al aire libre, en la que participan varias personas deseosas de compartir un momento divertido y relajante, a partir de la comida que cada uno traía de casa. Entre los siglos XVII y XVIII, la nobleza ya comía al aire libre durante las salidas de caza, preparando en el acto lo que acababan de capturar, incluso interrumpiendo los largos recorridos a caballo con almuerzos rápidos, para comer en plena naturaleza.

Estas comidas frugales, muy diferentes de los suntuosos banquetes de la corte, pronto se revelaron como una "transgresión" que se apoderó de la nobleza. Hasta el punto de que incluso la famosa reina María Antonieta se distinguió por las "paseos" que hacía por los prados de Versalles.

A partir del siglo siguiente, la tradición del picnic abandonó los refinados círculos nobiliarios para adquirir matices más románticos como consumir una comida en un contexto bucólico, a la orilla de un río o en la playa.

La práctica del picnic interesó a muchos pintores. En particular, a los impresionistas, que lo describieron como un momento de cortejo romántico, como en el famoso cuadro Le déjeuner sur l'herbe (Desayuno sobre la hierba) de Manet.

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