Cuándo y cuánto comer para vivir más

Un estudio reciente publicado en The Journal of Nutrition afirma que las personas con una dieta variada reducen el riesgo de enfermedad cardiovascular en un 31%.

También se encontró una disminución similar para la diabetes (-33%) y la isquemia (-20%).

La Dra. Sarah Brewer, autora de Live Longer y directora de Healthspan, dice que reducir la ingesta calórica al 60/70% de su requerimiento diario extiende la esperanza de vida en un 30 a 50%. Estos son beneficios similares a los que se encuentran después de una dieta intermitente: ayunar un día a la semana sin restricciones particulares el resto de días.

Según Brewer, comer de esta forma mejoraría los casos de asma, reacciones alérgicas, infecciones, enfermedades cardíacas, síntomas de la menopausia, osteoartritis y enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide.

En algunos casos, también puede prevenir enfermedades como Alzeihmer, Parkinson y esclerosis múltiple y ayudar a los pacientes a controlar los casos de resistencia a la insulina.


¿Y los deportes?

Comer sano sin duda aporta beneficios en términos de bienestar, pero ¿cuánto aporta el ejercicio?

Practicar deporte de forma regular reduce los efectos del envejecimiento al mejorar nuestras funciones fisiológicas, dice la dra. Brewer.

Numerosos estudios confirman que moverse con regularidad reduce el riesgo de muerte, cáncer de recto y útero, diabetes y osteoporosis y aumenta la esperanza de vida.

Otro estudio mostró que hacer deporte reduce el riesgo de insuficiencia cardíaca en un 41% y de isquemia hasta en un 50%.

Lo mejor para un adulto promedio, según el NHS, es hacer al menos 150 minutos a la semana de actividad aeróbica de intensidad moderada, como andar en bicicleta o caminar a paso ligero.

En términos prácticos, comer menos y moverse dos o tres veces por semana no hará más que bien para sentirnos mejor con nuestro cuerpo.

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