El árbol de argán es un árbol con ramas espinosas de 8 a 10 metros de altura, muy resistente, que puede vivir de 150 a 200 años y cuya madera se utiliza en el campo de la construcción.
Es una planta que se adapta perfectamente a la aridez del suroeste de Marruecos, y su forma es muy característica: ancho, copa redondeada, tronco retorcido, trenzado y bastante corto, que consta de varias partes a menudo entrelazadas.
Las flores son de color blanco a amarillo verdoso, y aparecen entre mayo y junio. El fruto es una baya ovalada que, cuando madura, es de color amarillo-marrón y contiene una nuez muy dura, dentro de la cual hay tres duras semillas.
Un solo árbol produce unos 8 kg por año. Las hojas son de color verde oscuro y coriáceas, sirven de alimento a los camellos y cabras.
De las semillas molidas con un laborioso proceso, el cual toma aproximadamente dieciséis horas de trabajo, se obtiene un aceite de muy bajo rendimiento (un litro de aceite cada 100 kg de semillas).
Los bereberes siempre han utilizado este aceite en sus dos versiones que se logran tostando, más o menos, las semillas.
El aceite cosmético, más claro, uno de los más importantes para el rejuvenecimiento de la piel gracias al alto contenido de vitamina E (el doble de la cantidad que se encuentra en el aceite de oliva) se aplica sobre la piel y el cabello, y también sería eficaz contra la caída cabello, eczema, deshidratación de la piel, etc.
El sabor del aceite de cocina, es más fuerte debido al tostado de las semillas (ligeramente más oscuro que el aceite de oliva y con un fuerte aroma tostado), se utiliza en pequeñas dosis en la cocina bereber para darle sabor a la sémola del cuscús, a las carnes guisado y para mojar el pan.
Debido a su contenido de ácidos grasos mayor al 80%, el aceite de argán tiene efectos beneficiosos en los trastornos cardiovasculares y reumáticos, estimula y activa el oxígeno en las células, mejora la capacidad cerebral y tiene un efecto positivo en el hígado y la digestión
Este aceite, al igual que el té, se ofrece tradicionalmente a los huéspedes junto con la miel, en señal de bienvenida. A pesar de sus peculiaridades y sus muchos usos, los árboles de argán fueron desapareciendo para dar paso a cultivos más rentables.
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