Pero, hablando de sus orígenes, son dos conocidos países los que se disputan su paternidad, afirmando que son una hija sabrosa que un día se convirtió en la protagonista de la alimentación en todo el planeta.
A pesar de no haber quedado clara su autoría ya que todo es todavía un gran misterio, para todos las papas fritas son hijas de la calle, de baja extracción, y se convierte en una situación muy difícil establecer su certificado de nacimiento.
Son los francés quienes quieren patentarlas, afirmando que nacieron en París y que no por las puras son conocidas en los países de habla inglesa como french fries. Los historiadores indican que fue creada por los ambulantes después de que se llevará a cabo la revolución francesa, quienes salían a vender sus delicias fritas.
Pero, los belgas también se adjudican ser creadores de este complemento, señalando que nació en la ciudad de Namur, cuando los habitantes pescaban pequeños pescados en el rio Mosa, hasta que este se heló. Al no poder obtener su alimento, cortaron las papas en forma de reducidos peces.
A pesar de las versiones de los países, para Roel Jacobs, especialista cultural belga, no importa la procedencia, sino la manera como se han implantado.
Para los franceses, quedan perfectas con carne, mientras que los belgas las prefieren solas, o acompañadas de una salsa. La forma de disfrutarlas también es distinta, los franceses prefieren servirlas en un plato y comerlas con tenedor, mientras que los belgas, las comen con los dedos y a cualquier hora del día.
Aunque jamás se conozca su verdadero origen, lo que realmente importa es que en la actualidad, son conocidas y queridas en todo el mundo, ha sido homogeneizadas y globalizadas con el apoyo de muchas cadenas multinacionales norteamericanas, pero disfrutadas en cada país y todos las consideran el complemento perfecto para una diversidad de platos.
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