Mindful eating: por qué nos hace bien comer lo que nos gusta

A partir del lunes, dieta. ¿Cuántas veces lo hemos dicho? Quizás más de las que realmente la hicimos. Pero fueron suficientes para cambiar nuestro enfoque en la mesa. Privaciones, castigos, prohibiciones y renuncias. Todo sazonado por la repentina imposibilidad de comer lo que realmente nos gustaría. Y de acuerdo con el mindful eating, todo este control no será recompensado. En efecto.


¿Qué es elmindful eating?

Para simplificar, se lo podría definir como una disciplina que nos entrena para comer conscientemente. Es decir, reconocer la comida que tenemos en nuestros platos, los ingredientes que la componen, pero también establecer una relación emocional con ella. Olerla, tocarla, escucharla y explorarla antes de comerla. Básicamente, amarla.

Nacido para contrarrestar las modas alimenticias que demonizan primero un alimento y luego otro, lanzándonos a la desesperación y el caos, el mindful eating es una verdadera educación alimentaria. Una de sus reglas básicas es la lentitud al comer, que nos ayudará a sentir sensación de saciedad y dar la debida importancia a los alimentos que comemos.


Los ejercicios básicos

Una de las formas prácticas de abordar esta disciplina es hacer ejercicios sensoriales simples. Comenzando con una comida sencilla como el desayuno o un momento del día en el que nos sentimos más relajados, como la cena. Hay que mirar el plato ue tenemos frente a nosotros, respirar profundamente para concentrarnos y empezar a pensar cómo se ve. En su estética, en los colores y en la forma. Después de describirlo brevemente, comenzar a explorarlo con el sentido del olfato. ¿Qué olor tiene? Nos gusta? ¿Qué nos recuerda? En el caso de que estemos a punto de comer una fruta o algo que tomemos con las manos, también activamos el tacto. ¿Cómo la sentimos? Blanda, áspera, suave...

Y luego finalmente comerlo. Dando al momento de masticar la importancia correcta, tratando de comprender cómo cambia el sabor en la boca e imaginando cómo la comida ingresa en nuestro cuerpo, lista para ser digerida. En este punto hay que centrarse en nosotros mismos. ¿Comimos lo suficiente? Si estamos satisfechos, ¿qué es lo que nos empuja a seguir comiendo?


Porqué comemos lo que nos gusta

Según Jan Chozen Bays (pediatra y abad del monasterio Great Vow Zen de Oregon autora del libro Mindful Eating) y Damiano Galimberti (especialista en ciencia de los alimentos y nutrigenómica y autor del libro La dieta del ADN), existe una conexión directa entre nuestro estado de ánimo y el buen funcionamiento del metabolismo. En la práctica, las dietas y la privación excesiva de alimentos podrían afectar negativamente nuestro estado de ánimo, lo que ralentizaría el metabolismo.

En cambio, una risa lo acelera. De hecho, nuestra alegría estimula la producción de neuro hormonas que ayudan a reducir el apetito y la activación de las mitocondrias que ayudan a mantener el peso corporal.

En resumen, de acuerdo con el mindful eating, deberíamps volver a comer lo que nos gusta, pero dar un peso diferente al momento de la comida y tal vez compartirla con aquellos que nos pueden hacer reír.

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