Naranjas: son buenas para la salud y no tienen desperdicios

Comerlas es bueno para ti, pueden disfrutarse solas como fruta para jn tentempié o merienda, son excelentes para el desayuno incluso en forma de jugo y se pueden utilizar en la cocina en la preparación de muchas recetas dulces y saladas.

En definitiva, son pequeños tesoros cuyas cualidades conviene conocer bien. A continuación descubriremos los beneficios de esta fruta que empieza a aparecer en las mesas en otoño y nos acompaña durante todo el invierno.


Disfrútalas aprovechando incluso los residuos

Hay varios efectos positivos para la salud que se derivan del consumo de estas frutas. Además de ser una buena fuente de vitaminas, característica más conocida, también tienen muchas propiedades beneficiosas para el sistema inmunológico, el corazón y los músculos. En detalle, 100 gramos de naranja aportan hasta 12 gramos de carbohidratos, de los cuales hasta 9 son azúcares simples, que aportan energía inmediata.

Más allá de los falsos mitos sobre las naranjas y la vitamina C, hay que decir que estos cítricos son excelentes para degustar y nunca deben faltar en la mesa. En primer lugar porque contienen ácido cítrico, que previene la formación de cálculos renales. Y además porque aportan buenas cantidades de fibra que no sólo es útil para favorecer el correcto funcionamiento del intestino y facilitar la digestión, sino que también mantiene estables los niveles de azúcar en sangre.

Además, las naranjas aportan antioxidantes como flavonoides y antocianinas (naranjas rojas y oscuras), que contrarrestan el estrés oxidativo y ayudan a mantenerse joven, y vitamina A, preciosa para la piel, la visión y las defensas naturales. Además, son una buena fuente de ácido fólico, niacina y tiamina (es decir, vitamina B), fundamentales en los procesos metabólicos. Las naranjas también aportan potasio, que es la base de un funcionamiento saludable del corazón y los músculos.

Por tanto las naranjas tienen una acción protectora de las células contra los radicales libres que provocan el envejecimiento, ayudan al sistema inmunológico, facilitan la absorción del hierro, estimulan la producción de colágeno. Mejor disfrutarlas con la pulpa y no como jugo porque así se pierden las fibras. Y quienes padecen diabetes también deben consumir la parte blanca, que contiene fibra y ayuda a evitar picos de glucemia.

¿Cómo llevar estos cítricos a la mesa? Puedes seguir las recetas con naranjas de nuestra colección, donde encontrarás muchas ideas de platos salados o dulces ricos en sabor. Y si quieres utilizar la naranja entera sin hacer desperdicios, haz pan de naranja, excelente para el desayuno o como merienda.

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