1. A la mañana, en ayunas, beber siempre un vaso de agua: depura el organismo y estimula la actividad diurética de los riñones, después de la pausa nocturna.
2. Para compensar la normal pérdida de líquidos de nuestro cuerpo y permitir el buen funcionamiento de todas las funciones vitales, beber agua en contaidad, y continuamente.
No esperar a que sea la sed la que nos llame a beber; el agua nunca hace mal y, sobre todo, teniendo calorías nulas, no engorda.
Se recomienda beber entre 2 y 2 y 1/2 litros de agua por día.
3. Siempre conservar las botellas alejadas de las fuentes de luz y calor, ya que favorecen la formación de algas y microorganismos en el agua.
Elige el agua justa para ti
¿Cómo elegir entre las distintas aguas que ofrece el mercado?
La variedad es inmensa, así como sus composiciones: a cada uno su tipo de agua.
- Para mejorar la diuresis elegir un tipo de agua oligomineral con bajo contenido de sodio.
- Para purificar el hígado y mejorar la digestión son preferibles las aguas bicarbonatadas y sulfatadas.
- Para combatir la sensación de hinchazón, es conveniente elegir un tipo de agua que sea fácil de absober por el estómago, y fácilmente eliminable con la diuresis.
Básicamente aguas oligominerales con bajos pocentajes de sodio.
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