A diferencia de las creencias actuales, que determinan y afirman que hay varios tipos de colesterol, se puede afirmar (según especialistas en la materia) que el colesterol es solo uno y que esta compuesto de dos partes: el LDL – o colesterol malo- y el HDL – o colesterol bueno-.
El LDL es aquel que circula por las arterias tratando de depositarse en ellas, eso conlleva a que, a la larga, éstas se tapen o endurezcan produciendo un infarto.
No es de esa forma en que actúa el HDL, que produce el efecto contrario, es decir, circula por las arterias intentando que éstas permanezcan limpias.
Es por esto que evitando el colesterol, también se evitan problemas cardíacos, afirmando que por cada 1% de disminución de colesterol, se reduce la posibilidad de un infarto en un 2%.
Los niveles de colesterol pueden reducirse controlando las comidas y creando un hábito en la actividad física, es decir, caminatas de 30 minutos de duración diarias o ejercicio aeróbico moderado.
El colesterol esta presente en células animales (pollo, pescado, yema de huevo, carnes rojas y lácteos).
Para alimentarnos sin miedo al colesterol, hay que prestar importante atención en las llamadas grasas escondidas.
Cómo se hace? Prestando atención al momento de comprar los alimentos, chequeando sus etiquetas y preparaciones. Solo si logramos detectarlas, podremos sustituirlas por otro tipo de alimentos que sean bajos en grasas.
Comentarios sobre este artículo (0)