Para reducir al máximo las posibilidades de contaminación de los alimentos, deben observarse prácticas correctas de higiene que, a pesar de su sencillez protegerán la salud de nuestra familia.
Quien manipula alimentos, debe tener buena salud.
Las manos deben lavarse con frecuencia y cada vez que se toca dinero, tabaco, alimentos crudos, mascotas, residuos y otros. También luego de ir al baño, peinarse o limpiarse la nariz, porque podrían transmitir enfermedades.
Las uñas deben mantenerse cortas y limpias. Si se tiene las manos heridas o con afecciones de piel, se evitará el contacto con los alimentos.
Si se estar resfriado se tendrá cuidado de no toser o estornudar sobre alimentos o comidas.
Es aconsejable mantener el cabello recogido para evitar su caída en las preparaciones.
Se tendrá cuidado de no tocar con los dedos la parte de los útiles o vajillas que entrarán en contacto directo con la comida o la boca.
El elemento que se utilice para probar una preparación, no debe volver a introducirse en la misma sin previo lavado.
Para lograr una buena comida, de buen sabor y libre de gérmenes, las instalaciones, equipos y utensilios de cocina deben mantenerse cuidadosamente limpios.
No usar para lavar ropa las piletas para lavar utensilios o alimentos.
Los residuos deben depositarse en recipientes con tapa que serán vaciados diariamente. Conviene lavar a fondo los recipientes cada vez que se vacían.
Recuerde: usted tiene en sus manos evitar la contaminación, de usted depende prevenir enfermedades.
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