España y Francia, como otros países, conservan la costumbre de comer las tradicionales 12 uvas. De acuerdo con el ritual, se debe comer una uva por cada campanada del reloj.
En Alemania, el año viejo se despide con un homenaje a San Silvestre. En su honor, se bebe y se queman castillos de papel para ahuyentar los espíritus malignos.
En Italia, la Nochevieja se despide con lentejas, que sustituyen a las uvas. En algunas ciudades, como Roma y Nápoles, arrojan los trastos viejos por la ventana, símbolo de la renovación.
En Rusia, la noche del 31 de diciembre pasa por las casas el "Abuelo de Hielo" que reparte dulces, juguetes y muñecas.
Los festejos más prolongados, son en Japón, donde la celebración comienza 15 días antes de fin de año y cada día se celebra con un plato típico.
El fin de año más colorido quizás sea el chino. Los festejos, generalmente en febrero del calendario occidental, duran 9 días.
Todo el mundo se vuelca a las calles donde hay bailes de dragones y fuegos de artificio para ahuyentar los malos espíritus.
Los ritos y cábalas son muchos, y hay para todos los gustos:
Las doce uvas: Cada persona debe comerse las uvas antes de las doce de la noche, si es posible, una por campanada, y pedir un deseo distinto en cada bocado.
Si la meta es conseguir pareja, hay que darle el primer "Feliz año" a una persona del sexo opuesto, o también sentarse y volverse a parar con cada una de las doce campanadas; que, según dicen, trae matrimonio.
Para garantizar la disposición monetaria, algunops reciben el año con un manojo de billetes entre sus manos o dentro de los zapatos.
Usar ropa interior amarilla, es quizás, junto con las doce uvas, una de las costumbres más populares, pero también están los que proponen pasar la noche del 31 con la ropa interior al revés, o poner un anillo de oro en la copa de champaña, o encender velas de colores.
Comer lentejas llama a la fortuna y la prosperidad. Otros postulan lavarse las manos con champaña y azúcar, repartir espigas de trigo o quemar al muñeco "viejo".
Para realizar el viaje de sus sueños, la gente sale de su casa después de las doce con las maletas o bolsos de mano.
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