Pequeño anticipo de Pascua

"No hay Pascua sin huevos", dice una máxima popular, ya que este alimento es un símbolo de la vida que se renueva, la esencia misma de la la fertilidad de la tierra: de hecho, los ingredientes básicos de la cocina de Pascua se hacen sobre todo a partir de huevos, pescados, corderos o cabras, hierbas frescas y verduras.

Pascua, así como otras fiestas religiosas, tiene sus dulces que ritualmente celebran esta gran ocasión, sin embargo bien diferenciados en función de la historia y de la cultura local.

La Pascua es el momento más importante para casi todas las doctrinas religiosas, porque se celebra el rito y el misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo.

Los tres días que van desde el Jueves Santo hasta el Sábado Santo, con la adición de la Vigilia de Pascua es el evento más importante para la religión católica.

La Pascua es precedida por la Cuaresma, un período de 40 días a partir del Miércoles de Ceniza.

Para los Judíos la Pascua, celebran la huída de Egipto del pueblo judío, y las Escrituras nos dicen que Moisés ordenó a cada familia, antes de salir de Egipto, sacrificar un cordero o una cabra y mojar con su sangre las puertas de las casas, para que el Ángel de Dios salvara a sus primogénitos.

En los primeros tiempos del cristianismo, la resurrección de Cristo se recordaba cada siete días, el día domingo. Posteriormente, la Iglesia Cristiana decidió celebrar este evento una vez al año. Esta decisión produjo el enfrentamiento entre varias corrientes religiosas, para establecer la fecha.

Así nacieron, en el mundo cristiano, distintos conflictos que se resolvieron en el Concilio de Nicea (325), que decidió que la Pascua se debe celebrar por todo el cristianismo en el mismo día.

La tarea de establecer, cada año, este día fue confiada a la Iglesia de Alejandría, pero más tarde, en el 525, la Pascua fue fijada entre el 22 de marzo y 25 de abril.

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