¿Cómo evitar que el queso se malogre?

El queso y las frutas son alimentos sanos y nutritivos, contienen un elevado nivel de vitaminas, proteínas y no engordan. En varios países de Europa, el queso se ha convertido en el postre más consumido al medio día.

Pero es un producto delicado y por lo tanto, existen varias formas de almacenarlos para evitar que se malogren y puedan durar más.

Muchas veces creemos tener el mejor de los quesos en la nevera y poder sorprender a nuestros invitados con un producto de excelente calidad. Pero, con un queso que compramos hace más de una semana, y que supuestamente hemos guardado de la mejor manera, nos damos una ingrata sorpresa al encontrarlo malogrado.

Es algo común que al comprar un queso en el supermercado está empacado en plástico y, aunque parezca extraño esta no es la mejor forma de guardarlo debido a que el plástico no es poroso y hace que se malogre más rápido.

El queso necesita tener siempre un poco de aire, siendo la forma adecuada de guardarlos con papel de cera o pergamino y cada tipo debe ser empleado por separado.

Podemos protegerlo mucho más, si aparte del papel lo colocamos dentro de un pedazo de bolsa abierta o dentro de una bolsa de plástico hermética, pero siempre dejando abierta un pedazo de la bolsa para que le ingrese aire.

Pensamos que ver un poco de moho en el queso es sinónimo de malogrado pero no siempre esto es cierto sobre todo si ocurre en quesos duros como el parmesano, o en los semiduros como el gruyere. La cosa cambia si el moho aparece en los blandos como el mozzarella, el camembert, el Edam o el brie, en estos casos lo mejor sería desecharlos.

La refrigeradora o nevera es el lugar ideal para guardar el queso y pueda conservarse, sin embargo resulta que la mejor parte para almacenar el queso es la parte de abajo exactamente en el cajón de los vegetales siendo la correcta temperatura entre 1 y 7 grados centígrados.

El tiempo de conservación también varía dependiendo del formato, la textura y el tipo de leche que se haya empleado en su elaboración.

Los quesos pequeños de poca maduración o pasta blanda no duran más de 15 o 20 días, en cambio los de pasta azul pueden permanecer hasta 2 meses en la refrigeradora.

Los quesos de cabra pasta prensada de medio kilo pueden guardarse hasta 1 mes, los de 1 kilo duran hasta 2 meses y los formatos más grandes, es decir con pesos superiores a 2 kilos pueden permanecer de 4 a 5 meses refrigerados.

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