El descubrimiento realizado en Italia se debe a la colaboración de varias universidades nacionales y se publicó en el British Journal of Pharmaology. En la práctica, cuando las hojas de la rúcula se cortan o mastican, se mezclan varios componentes (glucosinolatos y la enzima mirosinasa), dando lugar a la erucina, un ingrediente activo capaz de relajar naturalmente los músculos de los vasos sanguíneos y bajar presión arterial Pero atención: la cocción desactiva la síntesis de la erucina.
¡Y eso no es todo! De hecho, la rúcula, gracias a su sabor picante, cuando se agrega a los platos, satisface el paladar bastante rápido y apresurando la saciedad. Además, si se combina con aceite y productos lácteos, mejora la absorción de sus nutrientes en el organismo.
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