¿Cuáles son los alimentos más amigables con el medio ambiente ?

Cuando pides un falafel, la típica preparación de garbanzos de Israel y países vecinos, como Egipto y Líbano, no solo vas a degustar una de las especialidades de la cocina de Oriente Medio, sino que también estás tratando bien al medio ambiente. El falafel es uno de los platos "campeones de la sostenibilidad", según la Fundación Barilla que, junto con la Unidad de Inteligencia de The Economist, ha compilado una clasificación internacional, analizando cada plato en función de su huella de carbono (la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos para su producción, expresado en gramos) y la huella hídrica (el agua utilizada, expresada en litros), además de la cantidad de tierra necesaria para producirla. Cuanto mayor es la cantidad de tierra, más "pesado" es el impacto del plato para el planeta y los recursos naturales renovables.

Volviendos al falafel, que además de colocarse en la cima del ranking de sostenibilidad, con 101 m2 de CO2 por porción, también es un plato útil para aumentar la frecuencia de consumo de legumbres, fuentes importantes de fibra y proteínas de alta calidad, ricas de aminoácidos esenciales y fácilmente digeribles.

Entre los platos más "virtuosos" de todos, también hay un clásico sabor francés, la ensalada Niçoise, preparada con judías verdes y pimientos, pero también atún y huevos. Una porción de 100 gramos "pesa" solo 64 gramos de CO2.

La clásica paella española, completa también desde un punto de vista nutricional porque aporta las proteínas del pescado y la carne, así como las fibras vegetales y los carbohidratos del arroz sin gluten, también son bastante sustentables: para producir una porción de 100 gramos se necesitan casi 2 metros cuadrados de terreno y 241 litros de agua.

Incluso la moussaka griega puede considerarse sostenible: requiere 241 litros de agua por cada 100 gramos y se encuentra en la zona verde de la Pirámide Ambiental.

¿Y la clásica pizza? No está mal, pero podría ser mejor: la clásica Margherita gana una posición media-baja, con una huella de carbono de 652, una huella de agua de 412 y 2.46 metros cuadrados de tierra utilizada. A nivel nutricional, la pizza sigue siendo un alimento completo, que contiene los tres macronutrientes principales: carbohidratos, proteínas y grasas.

Sin embargo, la pizza es más sustentable que el símbolo de la comida callejera inglesa, el pescado y las patatas fritas. Que también desde el punto de vista saludable, debe consumirse de vez en cuando: el frito proporciona una parte importante de las grasas, que sufren alteraciones si se llevan a altas temperaturas.

Ni siquiera el cuscús marroquí, preparado con cordero, garbanzos y pasas, es ligero en el planeta: para 100 gramos, se necesitan 548 litros de agua. Para la versión vegetariana, sin embargo, ahorra 50 litros de agua por porción.

Entre los peores platos para el medio ambiente, una especialidad croata: la pašticada, a base de ternera. Para producir una porción, se requieren 15 metros cuadrados de tierra y 2,300 litros de agua.

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