Exagerar con los carbohidratos
Un consumo excesivo de dulces, pizzas, productos horneados a base de harinas refinadas favorece los altibajos de la glucemis, es decir el azúcar en la sangre. Este mecanismo provoca una mayor producción de la hormona insulina, que a su vez estimula ataques repentinos de hambre entre comidas y promueve el aumento de peso. La solución? Tratar de hacer comidas saludables y equilibradas todos los días en las que haya hortalizas y verduras, ricas en fibra. Ralentizan el vaciamiento gástrico, promueven una sensación de saciedad y ayudan a evitar comer en exceso.
Estar aburrido
A veces, entre comidas, se come por aburrimiento o para calmar el nerviosismo y la ansiedad. Para superar el hambre en la gran mayoría de los casos, la elección recae en alimentos reconfortantes como bocadillos salados o dulces (papas fritas en una bolsa, galletas, bocadillos, etc.). Son alimentos que tienen un índice de saciedad bajo pero al mismo tiempo proporcionan tantas calorías, azúcares y grasas dañinas para la línea y la salud que es mejor evitarlos. Una estrategia útil en estos casos es tener porciones de alimentos disponibles, gratificantes pero al mismo tiempo saludables. Un ejemplo? Un poco de fruta seca cubierta con chocolate negro puede ser una solución excelente. Asegura fibra y ácidos grasos esenciales que promueven la saciedad y al mismo tiempo satisfacen el paladar. Además, el chocolate es una fuente de triptófano, que promueve la producción de serotonina, la hormona del buen humor.
Se duerme poco
Dormir poco por la noche promueve los ataques de hambre durante el día por varias razones. A veces se come no por hambre real, sino por fatiga. Además, si se duerme poco y mal por la noche, el cuerpo aumenta la producción de grelina, la hormona del hambre, y reduce la leptina, la hormona de la saciedad. Pero hay más. El descanso promueve el correcto funcionamiento del metabolismo, lo que ayuda a transformar los alimentos en energía. Para alentar el sueño y reducir el riesgo de "ataques" durante el día, se debe prestar atención a la cena. En la cena, por ejemplo, se deben evitar los alimentos muy salados, como los enlatados, los quesos, los fiambres, los alimentos precocinados y la pizza. Deshidratan, estimulan la sed y facilitan la vigilia.
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