¿Deficiencia de vitamina D?

La deficiencia de vitamina D es una de las más comunes. Según las estimaciones, hasta 8 de cada 10 personas tienen niveles bajos de vitamina D y, en consecuencia, corren un mayor riesgo de sufrir con el tiempo trastornos y enfermedades incluso de diferente naturaleza que la osteoporosis. Según diversos estudios, la vitamina D no sólo protege los huesos, sino que desempeña un papel crucial para todo el funcionamiento del organismo. Pero, ¿cómo entender que te falta y qué hacer para integrarla mejor? Aquí encontrarás todo lo que necesita saber sobre la deficiencia de vitamina D, los signos del cuerpo y cómo solucionarla.


¿Qué es la vitamina D?

En realidad, la vitamina D no es una vitamina real, sino una prohormona esteroide. Se encuentra en dos formas: colecalciferol (vitamina D3) sintetizada por nuestro organismo y ergocalciferol (vitamina D2) que se toma con los alimentos. Ambos se convierten en la forma hormonal activa, el calcitriol, que interactúa con receptores celulares ubicados en diferentes tejidos. La vitamina D3 se sintetiza a partir del colesterol de nuestra piel, gracias a una reacción para la que la exposición a la luz solar es fundamental. Se almacena en el hígado y en el tejido adiposo.


¿Para qué sirve la vitamina D?

La vitamina D, famosa por su implicación en el metabolismo del calcio, en realidad tiene un espectro de acción mucho más amplio. De hecho, afecta a más de mil genes de nuestro ADN. Al tener un papel crucial en la homeostasis y el metabolismo del calcio y del fósforo, favoreciendo así su absorción intestinal y su depósito en los huesos, es sobre todo imprescindible para la consecución de una correcta densidad ósea y para la prevención de la degeneración fisiológica que se produce con la "edad avanzada". También protege contra el estrés oxidativo y, por tanto, contra el envejecimiento celular, favoreciendo la producción de uno de los antioxidantes más potentes: el glutatión. Regula así la respuesta inmune e inflamatoria. También protege las funciones cognitivas, el sistema cardiovascular e incluso mejora el control glucémico, previniendo la diabetes tipo 2. Estudios recientes asocian la deficiencia de vitamina D con un mayor riesgo de cáncer, sugiriendo incluso una función protectora frente a la aparición de la enfermedad.


¿Cuáles son los síntomas de una deficiencia de vitamina D?

Una de las principales causas de la deficiencia de vitamina D es sin duda la reducida exposición a la luz solar, agravada por el efecto pantalla que crea la contaminación atmosférica al atravesar los rayos UV, así como la limitación derivada del uso de protectores solares y de la ropa que se viste. La cantidad de vitamina D también puede verse influenciada por ambos factores fisiológicos, incluido el embarazo.y la lactancia materna, así como la toma de determinados medicamentos, el abuso de alcohol o drogas, el contacto con la contaminación ambiental, condiciones de estrés crónico y estados inflamatorios. A través de análisis de sangre específicos podemos controlar sus niveles. Valores inferiores a 50 ng/ML indican que es deficiente. Los primeros signos de deficiencia de esta vitamina pueden ser diversos, entre ellos insomnio, hipertensión, trastornos del estado de ánimo, alteraciones del ciclo hormonal en la mujer, fragilidad ósea. La deficiencia prolongada de vitamina D se asocia entonces con verdaderos estados patológicos como la osteoporosis, los trastornos autoinmunes, la artritis y los dolores crónicos, la depresión, las enfermedades cardiovasculares y muchas otras dolencias.


Cómo aumentar la vitamina D rápidamente

Para aumentar rápidamente la vitamina D, en primer lugar es útil poner en la mesa todos los días alimentos que la contengan y que favorezcan su absorción. La vitamina D está poco presente en los alimentos y su forma D3 se encuentra únicamente en alimentos de origen animal como pescados grasos como la caballa, las sardinas, las anchoas, el arenque y el salmón y también, el bacalao, el pez espada y el atún. La vitamina D3 también se encuentra en la yema de huevo, la leche y sus derivados. Los alimentos vegetales más ricos en vitamina D2 son las setas y las algas, seguidas por las hortalizas de hoja verde. Además de poner estos alimentos en la mesa, es fundamental en los menús diarios no escatimar en grasas. Al ser una vitamina "liposoluble", una dieta que carece de ella inhibe su absorción. Para aumentar su ingesta conviene acompañar proteínas de pescado y huevo, lácteos en menor medida, con verduras de hoja verde aliñadas con abundante aceite de oliva virgen extra prensado en frío. Sin embargo, para realizar sus funciones, la vitamina D necesita los llamados "cofactores", como la vitamina K2 y el magnesio Vit K2, escasamente contenida en los alimentos, especialmente en la mantequilla y la manteca de cerdo de animales alimentados con pasto y en la yema de huevo de gallinas camperas, es sintetizado por las bacterias de nuestra flora intestinal. Por eso, para tener una síntesis adecuada, es bueno cuidar la salud del intestino con probióticos y prebióticos, como alimentos fermentados como el kéfir, la mantequilla de ghee y fibras y limitando el consumo de azúcares simples en la mesa, presentes en las conservas y procesados.

Para aumentar la vitamina D es bueno permanecer más tiempo al aire libre y exponerse a la luz solar, quizás realizando actividad física al menos media hora al día. También es importante reducir el estrés y, finalmente, en caso de déficit, evaluar la integración con la ayuda de su médico con vitamina D3 en dosis adecuadas a los valores sanguíneos detectados, asociada a vitamina K2 y magnesio.

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