En línea con las mandarinas

Óptimas en la mañana para empezar el día, ideales para aperitivos, frescas después de una comida de invierno. Aliadas de la merienda fugaz (y prohibida), bajo un escritorio de oficina, ya que se pelan en pocos segundos. Sin embargo, las mandarinas son tan calóricas como algunos piensan?

Las mandarinas engordan?

En período de dieta, siempre nos preguntamos sobre lo que comemos y al elegir mandarinas como una alternativa al postre o como un bocadillo rápido nos preguntamos: "Las mandarinas hacen engordar?". Estas frutas son bajas en calorías: 50 calorías aproximadamente cada 100 gramos de producto. Sin embargo, la cantidad de fructosa que contienen implica que comer 300 gramos de mandarinas es equivalente a beber una lata de refresco carbonatado.

Por este motivo deben ser consumidas en porciones más pequeñas que las manzanas, peras o kiwis, especialmente si se tiene diabetes o mucho sobrepeso. Dicho esto, las mandarinas, siguen siendo frutas ricas en vitamina C, minerales y fibra. La presencia de ácido ascórbico da energía, por lo que son excelentes para contrarrestar los males de temporada o para dar energía en los deportes.

Depurarse con mandarinas

Combaten la retención de agua, purifican el cuerpo y previenen el estreñimiento. Las mandarinas son ricas en agua y fibra. Para aquellos que buscan seguir una dieta equilibrada son esenciales para tener una buena regularidad intestinal. Así,las  mandarinas, si no se consumen en grandes cantidades, son perfectas. Regalan al cuerpo 2 gramos de fibra por cada 100 gramos de producto. Y son capaces de reactivar el metabolismo lento. ¿Qué más pedir?

Debajo de la cáscara? Más que en toda la fruta

La parte blanca debajo de la cáscara de mandarina es importante, no hay que tirarla. ya que contiene una sustancia, la nobiletina, puede prevenir la obesidad y proteger contra la diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares que a veces causan accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos. Los estudios realizados sobre esta sustancia (en Canadá, hace algunos pocos años) han demostrado que el consumo de la parte blanca de las mandarinas evita la acumulación de grasa en el hígado. Una razón más para saborear estos pequeños frutos sin demasiada culpa.

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