Limonada: 5 reglas y tres recetas

¿Cómo hacer una perfecta limonada para refrescar las calurosas tardes de verano? Estas son las reglas que se deben respetar.


La receta clásica de limonada

Para preparar una muy simple limonada, hay que exprimir tres limones, filtrar el jugo y endulzarlo con azúcar integral o común al gusto.

Diluir todo con agua fresca natural o gasificada, ajustando la cantidad al gusto que se se desea para amortiguar más o menos el sabor ácido de los limones.
Se considera que la proporción correcta podría ser el jugo de tres limones en 500 ml de agua con 3-4 cucharadas de azúcar.

Siempre agregar hielo a la limonada incluso también rodajas de limón sin semillas para que sea aún más sabrosa y fragante; también se puede perfumar con hojitas de menta o de albahaca.

Se puede conservar la limonada en la nevera durante dos días.


Limonada de fresa

Una variante que a los niños realmente les gusta es la limonada con fresas.

Para prepararla, procesar 200 gr. de fresas o pasarla por un tamiz para extraer el jugo. Luego, mezclar con el jugo de tres limones y el agua fresca con gas o natural. En este caso no se debe agregar azúcar porque las fresas son dulces de por sí.


Limonada de lavanda

Esta variante es muy delicada y tiene un delicioso retrogusto.

Se prepara con lavanda fresca, que se deja macerar en agua hirviendo durante aproximadamente media hora. Luego se utiliza esta infusión en lugar de agua para diluir el jugo de limón.


Agua aromatizada al limón

No es una verdadera limonada porque los limones no se exprimen, sino que solo se dejan en el agua para darle sabor. Es una bebida super detox y muy refrescante. No es necesario agregar azúcar, por lo que también es muy liviana.

Para prepararla, sumergir rodajas de limón en una jarra de agua corriente, agregar mucha menta fresca y raíz de jengibre en rodajas finas. Dejar infundir durante unas horas y luego servir.

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