Algunos consejos sobre: Carnes

Con respecto a la carne, hay que saber, variar, probar, e interesarse un poco; todos los cortes tienen distintos sabores y texturas; y hay recetas para todos. Lo importante es conocer cada una y como tratarla.

En los supermercados, desconfiar de la carne empaquetada muy, muy roja: está tratada. Mejor comprarla fresca, recién cortada. Es preferible comprar carne de mejor calidad y comer un poco menos, compensando con otra cosa.

Pollo: si tiene piel muy gruesa, mejor no llevarlo, tiene mucha grasa, agua y casi nada de sabor. Es preferible comer menos veces pollo y comprar de granja, que es más difícil de encontrar y más caro. Y se pueden aprovechar los huesos que sobran para una sopa que valga la pena. Es abismal la diferencia de sabor y calidad.

Carnes de caza: elegir animales jóvenes y gordos. Para congelarlos, envolver patas en doble aluminio y el cuerpo en plástico.

Para guardar bien la carne: envolver en papel manteca en la heladera, porque respira. No lavar nunca con agua, usar un trapo.

Asar sobre sal gruesa los cortes que son muy grasosos.

Para cocinar un cordero lechal: agregar manteca, porque tienen poca grasa.

Conejo: para que la carne quede más blanca, frotar con vinagre. Y cuidar de no pasarlo, porque se seca enseguida.

Pavo: para saborizarlo, inyectar con cognac  dos veces por día, por dos días. Y guardar en heladera, envuelto en trapo húmedo.

Jamón crudo: en cocciones, agregarlo a las preparaciones cerca del final, porque suelta mucha sal.

Hígado: dejar en agua salada o leche, dos horas antes de usar. No recalentar porque

se endurece.

Morcillas, chorizos, etc.: para cocinarlos, primero fuego fuerte, y después bajo. 

Comentarios sobre este artículo (0)

No hay comentarios