Al contrario de lo que podría pensarse, el mayor enemigo de la salud y la balanza, no son las cenas festivas plenas de alimentos ricos en grasas, sino la larga serie de tentempiés, aperitivos y sobremesas, dulces o salados; así como los innumerables festejos que se repiten a lo largo de todo el mes de diciembre.
Una buena idea es reservarse para las cenas familiares o con amigos, y tratar de resistir a las tentaciones que nos acechan durante este mes en el trabajo y con familiares y amigos.
Lo mejor durante esta época es no privarse de las comidas pero comer con moderación, sabiendo qué alimentos son los que realmente nos afectan. Es importante mantener el nivel de actividad física, porque no alcanza con sólo comer comida saludable.
- Lo fundamental es mantener el equilibrio, y repetar algunas normas: si come algún plato rico en grasas, dulces, frutas secas u otras comidas que engordan o son ricas en colesterol, coma una sola, no todas las que están disponibles. Por ejemplo, si va a comer pan dulce, no coma turrón.- Modere la ingesta de bebidas alcohólicas.
- Procure tener un plato de comida que contenga por lo menos 50% de vegetales, excluyendo aquellos como arroz, papas, relleno y maíz.
- Sírvase platos pequeños y evite repetir; prefiera lo fresco y lo verde, cuando seleccione lo que se vaya a servir, prefiera los vegetales crudos.
Por último, mantener una alimentación muy cuidada durante todo el día previo y posterior a las fiestas, rica en vegetales crudos y frutas frescas, beber abundante agua, entre 2,5 y 3 litros por día y mantener la actividad física habitual o incorporar caminatas diarias.
Así que... ¡a disfrutar plenamente de las fiestas navideñas, pero sin caer en los grandes excesos alimentarios que suelen acompañarlas!
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