Qué cosas evitar después del almuerzo o la cena

Tradiciones consolidadas, hábitos heredados o simple placer: hay diversos alimentos que nos permitimos al final de una comida pero que conviene consumir en otro momento. De hecho, la fase de digestión es muy importante y algunas sustancias corren el riesgo de ralentizarla o comprometerla: estos son los alimentos que nunca se deben comer después del almuerzo o la cena.


1. Quesos

Aunque es una tradición de la cocina francesa, los quesos al final de una comida no son ideales: su aporte proteico no debe subestimarse, ya que desequilibra la comida y ralentiza la digestión, además de aportar un exceso de grasas saturadas. Esto también se aplica a los llamados quesos ligeros, a los frescos y, por lo tanto, no solo a los estacionados. En particular, se debe evitar comer queso después de la cena: gracias a algunas sustancias contenidas en los lácteos, estos estimulan el aumento de la dopamina, una hormona que mantiene alta la capacidad de atención, impidiendo relajarse antes de dormir.


2. Frutas y frutos secos (pero solo en algunos casos)

En este caso, se trata de indicaciones que suelen utilizarse de manera engañosa: no es cierto que la fruta o los frutos secos sean malos si se toman al final de una comida. Pero tampoco es falso: el punto está en la condición de quienes lo comen. De hecho, la fruta consumida al final de una comida aumenta el azúcar en sangre y estimula los picos glucémicos: por lo tanto, sólo las personas con problemas de hiperglucemia o diabetes deben consumirla fuera de las comidas, para que la curva glucémica no sufra sobresaltos. Esto es especialmente cierto para las frutas secas, que tienen una mayor concentración de azúcar que las frutas frescas.

Otra verdad a medias es la idea de que la fruta al final de una comida enlentece la digestión, o la apelmaza: si por un lado es cierto que es un aporte considerable de fibra, por otro este problema sólo atañe a quienes ya tienen alguna patología ligada al ámbito digestivo como la colitis ulcerosa, el síndrome del intestino irritable y el meteorismo.


3. Helado

También en este caso se aplica la regla que depende de la situación específica: en general, comer helado al final de una comida, especialmente los envasados, hace que la comida recién consumida sea rica en calorías. Si hay problemas de sobrepeso y se quiere controlarlo, entonces es mejor consumirlo como snack entre comidas; en el resto de los casos, un pequeño pecado de gula al final de una comida, mejor si es el almuerzo, es justo para darse el gusto de vez en cuando.


4. Alcohol

La creencia errónea de que el alcohol facilita la digestión, ha dado lugar a varios malentendidos a lo largo de los años: pero es absolutamente falso que el alcohol, incluso en cantidades modestas, estimule o ayude a la digestión. Todo lo contrario: debido a su efecto irritante y al contenido de azúcar, el alcohol ralentiza la digestión.

5. Café azucarado después de comidas copiosas

Muchos se sentirán decepcionados, pero hay que aclarar una cosa de inmediato: el café no hace mal en absoluto. Pero, si se toma con mucha azúcar y especialmente después de una gran comida, puede crear problemas, especialmente si es un hábito fijo. La razón es simple: el café endulzado interfiere con la capacidad de nuestro cuerpo para eliminar los azúcares de la sangre. Las grasas asimiladas durante la comida interactúan negativamente con la cafeína, ralentizando mucho la comunicación entre el estómago y el páncreas: de esta forma, se bloquea la producción de hormonas capaces de regular el metabolismo de los azúcares. Por otro lado, sin embargo, una taza de café amargo o ligeramente azucarado después de una comida "normal" estimula la producción de jugos gástricos.

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