Qué es la sriracha y por qué a todos les encanta

Si estás buscando una guarnición muy picante, inusual, ligeramente agridulce, para combinar con cualquier tipo de plato, presta atención a la Sriracha.

El origen parece ser tailandés: el nombre hace referencia al pueblo costero de Si Racha. Sin embargo, el condimento encontró una extraordinaria popularidad en Vietnam y luego en Estados Unidos. A nivel comercial, Huy Fong Foods produce la versión más conocida y más vendida. El envase es muy reconocible (botella roja brillante con tapón verde) y parece que no puede faltar en todas las comidas rápidas étnicas. David Tran, el dueño de la empresa, preparaba esta salsa picante en Vietnam, en la década de 1970, para luego exportarla a Estados Unidos, a Los Ángeles, donde obtuvo asilo político en 1979. La razón de su rotundo éxito (en 2012 la empresa alcanzó los 20 millones de botellas vendidas, aumentando su producción cada año) radica en la versatilidad absoluta de la salsa.

Se combina eficazmente con carne, huevos y pescado, tanto para adobos como para dar sabor a sándwiches y tostadas. Se puede mezclar con otras salsas para hacerlas más audaz, por ejemplo con mayonesa, ketchup o salsa barbacoa, pero también para versiones picantes de hummus o guacamole. En ensaladas constituye un verdadero destello de sabor; cuando se cocina al horno o al grill se utiliza para glasear alimentos. Además, tiene una gran demanda en platos orientales, como ingrediente principal en guisos y sopas, pero sobre todo para saltear el arroz picante. Entre los aperitivos, puede dar una nota audaz al clásico Bloody Mary.

Si la quieres probar caseramente, sigue esta receta. Tomar 3 cucharadas de azúcar morena, 3 dientes de ajo, una cucharadita de sal y un poco de agua; picar todo junto con la guindilla (se necesitarán unos 400 gramos de pimiento thai, 50 gramos de habanero y 50 gramos de jalapeño). La mezcla picada debe dejarse reposar durante unos 3 días y luego filtrarse. El último paso es cocinar en un cazo con 200 ml de vinagre de vino blanco. Si la puedes resistir, ya no podrás prescindir de ella.

Comentarios sobre este artículo (0)

No hay comentarios