Qué hacer después de beber y comer en exceso

Es imposible no exagerar en la mesa cuando se está en buena compañía. ¿Quién no se ha excedido en las fiestas o las vacaciones? La comida, sea cual sea la ocasión, es sobre todo convivencia y placer. Pero, ¿qué hacer después de beber y comer demasiado ? ¿Cuáles son las precauciones a seguir el mismo día y en los siguientes para contrarrestar los efectos de una comida especialmente elaborada? Lo primero que hay que evitar es comer solo una ensalada o fruta, error que se suele cometer después de almuerzos y cenas en las que se ha exagerado con porciones de comida y cantidades de vino y en general bebidas alcohólicas y carbonatadas. En cambio, es mejor simplemente reducir las porciones en la próxima comida y llevar menús equilibrados a la mesa. Otro consejo útil a seguir es elegir alimentos que puedan ayudar al organismo a deshacerse de las sustancias tóxicas producidas por procesos metabólicos, que corren el riesgo de promover una sensación de malestar generalizado que puede manifestarse con pesadez, dolor de cabeza, cansancio e hinchazón. Entonces, esto es lo que se debe hacer después de beber y comer demasiado.


Los consejos a seguir de inmediato

Después de beber y comer demasiado, es necesario evitar consumir las sobras, que corren el riesgo de forzar aún más al cuerpo a sentirse agobiado. Si ha comido y bebido demasiado para el almuerzo, incluso puede saltarse la cena. Esto ayuda al organismo a limpiarse de las toxinas acumuladas. Si, por el contrario, ha exagerado en la cena, puede saltarse el desayuno cuando se despierte. Para compensar y eliminar el exceso de sodio y contrarrestar la retención de líquidos, el consejo es beber mucha agua también gracias al consumo de infusiones y tisanas con acción detox. El hinojo, por ejemplo, promueve la diuresis y contrarresta la sensación de hinchazón. La malva, en cambio, es excelente para el intestino, mientras que la alcachofa, gracias a su acción colagoga, estimula el trabajo del hígado, órgano implicado en la metabolización de grasas y sustancias como el alcohol.


Un menú a medida para el día siguiente

Al día siguiente es fundamental llevar a la mesa comidas de fácil digestión. Para el almuerzo y la cena, sí a una gran ración de verduras. Gracias a su riqueza en fibras, ayudan a restaurar los desequilibrios hormonales debidos a una ingesta excesiva de carbohidratos de alto índice glucémico presentes por ejemplo en primeros platos especialmente elaborados ricos en salsas, salsas y postres. El aporte de antioxidantes, de los que también son excelentes fuentes, por otro lado, contrarresta la producción de radicales libres y sustancias inflamatorias que dañan las células. Lo ideal es asociarlos con una única fuente de proteínas de fácil digestión. Elegir pescado, aliñar con aceite de oliva virgen extra, para rellenar grasas que facilitan el metabolismo. ¿Dos menús típicos para seguir al día siguiente? Para el almuerzo una ensalada de hinojo y cítricos con salmón; para la cena, achicoria cruda aderezada con aceite de oliva virgen extra y huevos revueltos.

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