El salmón es una variedad de pescado muy apreciada en nuestras cocinas por su sabor y textura, agradable y suave. Tiene forma alargada con la piel entre azul y gris, con manchas más oscuras, y llena de escamas redondas.
El color rosado de su carne se debe a su alimentación a base de crustáceos. Por tanto, dependiendo de la intensidad de este color podremos saber si el salmón ha vivido en su hábitat natural o no. Cuanto más fuerte es el color rosa de su carne más indicativo es de que el ejemplar ha vivido en estado natural.
El salmón crece en los mares que se encuentran en el hemisferio norte de nuestro planeta, y, como todos sabemos, se desplaza hasta los lagos y los ríos para desovar en ellos. De todas maneras hemos de tener en cuenta que la mayor parte de ejemplares que encontramos en nuestros mercados no han vivido en estado salvaje, procediendo de la acuicultura, con la cual, aunque en espacios cerrados, se reproducen de hecho las mismas etapas por las que pasaría el salmón si se encontrara en su estado natural.
Hay varias especies de salmón, dependiendo de la zona en la que éste se pesque. El que compramos fresco en nuestros mercados procede del Océano Atlántico, pero no así el que adquirimos congelado, que suele proceder del Pacífico.
El salmón, que pertenece a la familia de los pescados azules, aporta a nuestro organismo 11 grs. de grasa por cada 100 grs. de producto. Su grasa es rica en omega-3, lo cual significa que ayuda a bajar el nivel de colesterol, por lo cual es muy recomendable para aquellas personas que tengan problemas cardiovasculares.
La carne del salmón constituye una importante fuente de proteínas, conteniendo además una elevada cantidad de magnesio, mineral que, entre otras propiedades, facilita el funcionamiento de los intestinos, mejora la inmunidad de nuestro organismo y es beneficioso también para los nervios y los músculos.
Otro de los ingredientes que abundan en dicho pescado es el yodo, necesario para que funcione bien el tiroides y además muy necesario para las mujeres embarazadas, ya que favorecen el crecimiento del feto, así como su desarrollo cerebral.
Sin embargo, aquellas personas que padecen de hiperuricemia o de gota deben evitar o limitar el consumo de este producto, ya que contiene purinas, que una vez en nuestro organismo se transforman en ácido úrico.
Como todo pescado fresco, lo ideal es consumirlo enseguida y no tenerlo más de dos días en el frigorífico donde, antes de guardarlo, es conveniente lavarlo y sacarle las vísceras, poniéndolo en un recipiente tapado.
A la hora de comprar el salmón, fíjate en que la carne tire a color rosáceo, pero no a rojo, y en que esté firme. Elige uno que tenga los ojos transparentes y las escamas rojas.
Propiedades nutritivas por cada 100 grs. de producto
Calorías 179,8
Proteínas (g) 20,2
Grasas (g) 11
*G. saturadas (g) 1,9
*G. monoinsaturadas (g) 4,4
*G. poliinsaturadas (g) 3,1
Hierro (mg) 0,4
Magnesio (mg) 27
Potasio (mg) 360
Fósforo (mg) 250
Sodio (mg) 45
Yodo (mcg) 37
B1 o tiamina (mg) 0,23
B2 o riboflavina (mg) 0,13
B3 o niacina (mg) 7,2
B6 o piridoxina (mg) 0,75
B9 o ácido fólico (mcg) 16
B12 o cianocobalamina (mcg) 4
Vitamina A (mcg) 13
Vitamina D (mcg) 8
Vitmamina E (mg) 1,9
mcg = microgramos
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