Antioxidante, desintoxicante y depurativo, el té matcha ocupa un lugar destacado en la medicina tradicional japonesa y, desde hace algunos años, también está fácilmente disponible en los mostradores de nuestros supermercados. Muy sencillo de preparar y además muy utilizado en la cocina, el té matcha es sin duda un producto a conocer y probar: veamos cómo y por qué.
¿Qué es el té matcha y cómo se hace?
A pesar de ser un orgullo de la tradición japonesa, el té matcha tiene orígenes chinos: es aquí donde el matcha fue descubierto, según algunas fuentes ya en el siglo IX, por unos monjes budistas japoneses que perfeccionaron sus técnicas de cultivo y producción, ideando lo que se podrìa definir un ritual real. ¿Por qué es tan importante el proceso de fabricación y cuánto afecta el perfil del té matcha?
La planta de la especie Gyokuro se cultiva solo en los meses de primavera y estrictamente a la sombra, lejos de los rayos del sol, característica que permite una mayor producción de clorofila, pigmento que le da al matcha no solo su característico color verde brillante sino también un alto poder antioxidante.
La producción de té matcha respeta reglas ancestrales, el polvo se obtiene moliendo hojas de té Tencha seleccionadas, primero recolectadas a mano, luego tratadas con vapor que las protege de la oxidación y conserva su sabor, aroma y propiedades organolépticas, luego se seca y se enfría, se deja reposar un tiempo y finalmente se muele con molinos de piedra o maquinaria metálica.
Existen dos variedades de té matcha: Usucah, obtenido de hojas de plantas jóvenes (es decir, de menos de 30 años) y Koicha, obtenido de plantas que han "cumplido" más de 30 años. Históricamente, el té matcha se cultivaba principalmente en dos áreas de Japón: Uji, Prefectura de Kioto y Nishio, Prefectura de Aichi.
Propiedades y beneficios
El Matcha es un té tan antiguo como saludable, una variedad con innumerables propiedades beneficiosas, tanto que merece un lugar respetable dentro de la medicina tradicional japonesa. Un verdadero concentrado de antioxidantes, el té matcha es rico en vitaminas y sales minerales, tiene un alto efecto diurético y desintoxicante y también se recomienda en dietas de adelgazamiento gracias a su capacidad para estimular el metabolismo de los lípidos. Gracias a la presencia masiva de clorofila, el té matcha no solo ayuda a combatir la acción de los radicales libres y el envejecimiento celular sino que también actúa como un antiage natural, tiene un efecto protector del hígado y antiinflamatorio, especialmente para el intestino. El consumo de té matcha tiene un efecto positivo en los niveles de colesterol en sangre, fortalece el sistema inmunológico, regula la presión arterial y estimula la concentración. Numerosos nutricionistas recomiendan el té matcha durante las dietas bajas en calorías: la razón está en la capacidad de este antiguo té para reducir la sensación de hambre y contribuir a una mayor sensación de saciedad. A diferencia de otras variedades, el matcha contiene poca cafeína, por lo que no tiene un efecto estimulante importante.
çCómo preparar el té matcha?
Preparar té matcha es un auténtico ritual que se puede repetir fácilmente incluso en casa pero, si no queremos ofender a nuestros amigos japoneses y hacerlo como manda la tradición, se deberían tener algunas herramientas. La tradición japonesa prevé el uso del característico chawan, una taza caliente y muy seca, y del chashaku, una cuchara de madera con la que se dosifica el té en polvo. Llevar el agua a una temperatura de unos 80 ºC, añadir una o dos cucharaditas de té (dependiendo de lo fuerte que queramos que esté) luego mezclar rápidamente con una pequeña varilla de madera, llamada chasen, con la que habrà que dibujar una especie de W: con este movimiento, el aire entrará más fácilmente, generando la característica espuma. Sin edulcorantes, sin azúcar ni miel: el té matcha debe tomarse al natural, aún caliente.
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