Vidrio: un aliado en la cocina

Instintivamente, el consumidor, a la hora de elegir entre distintos tipos de emvases (estaño, cartón, plástico y otros materiales), siempre prefiere el producto almacenado en vidrio. El vino, incluso de buena calidad, disponible en cajas de cartón o incluso bag-box, tiene el único atractivo de la conveniencia del precio en comparación con la botella, pero en la realidad, no inspira demasiada confianza en los consumidores.

Beneficios del uso del virio en la cocina

La explosión en el consumo del vino, se produjo con el advenimiento de la botella de vidrio, lo que facilitó el paso directamente y de forma segura, desde las bodegas del productor hasta el vidrio del consumidor. Los primeros fueron los británicos, en el siglo XVII; de allí se propagó a Francia y otros países europeos, revolucionó el comercio y facilitó su llegada a la mesa de los consumidores.

El vidrio es seguro para proteger el vino y cualquier otro producto alimenticio. Respeta el sabor, el aroma y la frescura del producto y es la mejor opción de envasado en la industria alimentaria.

Con el vidrio son más difíciles las contaminaciones debidas al embalaje; y su transparencia, que permite ver el producto, tiene un valor definido de atracción y evaluación.

Productos como atún, anchoas, aceite de oliva, salsa de tomate, pesto y mermeladas, envasados en vidrio, mantienen su frescura y autenticidad.

Esto se debe a la cocción en el mismo recipiente, una buena técnica que conserva los aromas y las vitaminas de los ingredientes inalterados y durante más tiempo.

El vidrio, también durante un largo tiempo, no transfiere elementos y asegura su resguardo de las bacterias y de los cambios de temperatura que pueden comprometer la integridad del producto.

Todo esto hace del vidrio y los envases de vidrio en particular, un aliado en la cocina a la hora de preparar conservas caseras, ya que garantizan una mayor seguridad en relación con las bacterias y los cambios bruscos de temperatura.