La chalota, chalote, escaloña o cebolleta (Allium ascalonicum) es una planta herbácea bulbosa, de la familia de las liliáceas, con un sabor similar a la cebolla, pero mucho más delicado y aromático y, al contrario del ajo es menos picante y tiene la gran ventaja de no sobrecargar el aliento.
Tiene las dimensiones de un bulbo de ajo (usualmente su diámetro no exceda de 5 cm) y por lo general está constituida por 2-3 dientes encerrados en una caja única, cuya cáscara exterior, de acuerdo con la variedad, puede ser más o menos gruesa y de colores diferentes (las variedades más comunes son de color rojo y gris).
La chalota o cebolleta es una planta originaria del cercano Oriente, de hecho, su nombre científico parece derivar del nombre de Ascalon, un antiguo puerto de Palestina. Fue muy apreciado por los griegos y romanos, estos últimos la consideraban afrodisíaca.
Muchos historiadores y botánicos afirman que la chalota fue introducida en Europa, entre los siglos XII y XIII, por los cruzados de regreso del Oriente Medio, y ya en 1200 en Francia, la chalota tenía un papel importante en la cocina tradicional y refinada.
Se cultiva principalmente en los Países Bajos, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, y también en China, el sudeste de Asia, Tailandia e Indonesia.
Al momento de adquirirlas, las chalotas deben estar bien firmes y la piel debe aparecer lisa y libre de imperfecciones; evitar las que tengan brotes, blandas al tacto y con la piel marchita.
Deben mantenerse preferentemente en un lugar oscuro, fresco y seco (lo ideal sería un sótano) en estas condiciones se mantienen hasta un mes.
Una vez cortada, la cebolleta debe ser almacenada, envuelta en plástico, en el refrigerador, donde puede permanecer durante un máximo de una semana. Otro método de conservación es colocarla, previamente pelada, en un recipiente, cubierto con aceite de oliva, que absorberá el sabor y a su vez puede ser utilizado para cocinar.
Los chalotes se pueden comer cocidos o crudos, se utilizan principalmente para dar un toque refinado a los platos en lugar de la cebolla o el ajo de sabor más pronunciado; es el ingrediente esencial para la preparación de las salsas, bordelesa y bernesa, así como la salsa de vino tinto y al beurre blanc.
Óptima en ensaladas, acompaña muy bien carnes y pescados a la parrilla. Los tallos verdes son muy sabrosos y se pueden utilizar en lugar de cebollino; los bulbos en cambio, pueden ser usados ??para aromatizar aceites o vinagre. Si se consume cocida, la chalota es más digerible que la cebolla.
La chalota se compone principalmente de agua, que contiene muy poco potasio, vitamina C y niveles bajos en azúcar. Tiene muchas propiedades terapéuticas: aperitivas, digestivas y antioxidantes; la presencia de silicio ayuda a fortalecer el cabello y las uñas; el sulfuro de alilo (el aceite volátil responsable de las lágrimas cuando se cortan), tiene un efecto diurético. Consumido crudo, no pierde su contenido de vitamina C.
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