Espárragos: excelente para ayudar al drenaje de los riñones, los espárragos también promueven la digestión y son antiinflamatorios naturales. Es conveniente no exagerar su consumo ya que la importante presencia de ácidos, podría provocar posibles problemas renales. Los espárragos nunca debe faltar en la dieta femenina debido al alto contenido de ácido fólico.
Espinacas: desacreditado el mito de Popeye, ya que el hierro presente en estas verduras no es asimilado en cantidad por el organismo. Sin embargo,las espinacas son una excelente fuente de minerales, vitaminas y ácido fólico. Todas estas sustancias contribuyen a tonficar el corazón y los músculos, aunque para aprovecharlas mejor, sería conveniente consumirlas crudas.
Kiwi: con un contenido de vitamina C más alto que el del limón, el kiwi es útil para fortalecer el sistema inmunológico y combatir la gripe y los resfriados. Además de ser diurético, el kiwi tiene una acción refrescante y alivia el estrés y la fatiga. El alto contenido de potasio hace que sea casi imprescindible para los atletas, para evitar los calambres musculares dolorosos.
Uvas blancas: muy digeribles y ricas en agua, las uvas blancas tienen efecto diurético, aunque deben consumirse sin excedere ya que también son ricas en azúcar y calorías. Protegen los huesos y regulan los niveles de ciertos minerales, como el fósforo y el calcio.
Zucchini: pobres en sal, ricos en agua y grasa, son ideales para la dieta y para purificar el organismo, gracias a su contenido de agua, casi el 95 % del peso. El calabacín tiene también efectos laxantes y desintoxicantes; además de un efecto relajante sobre el cuerpo y la mente, lo que constituye una importante ayuda en casos de agotamiento.
Brócoli: aunque su sabor no es del agrado de todos, son muy buenos para el corazón, el colon y los pulmones. Tienen una muy alta concentración de vitamina C y flavonoides, que combaten el envejecimiento celular.
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