En realidad, existen numerosos tipos de semillas que pueden germinar: desde mijo hasta legumbres como garbanzos, frijoles, lentejas, también arroz integral, avena y girasol. Naturalmente, hay que tratar de elegir los de la agricultura orgánica por razones obvias de ausencia de fertilizantes químicos.
En Occidente, los brotes de soja llegaron con globalización y las modas, pero en Oriente su uso data de miles de años, especialmente para uso curativo y terapéutico. Alrededor de 2700 años antes de Cristo, el brote de soja crudo se recomendaba para el dolor de rodillas, calambres, trastornos digestivos, problemas respiratorios y manchas en la piel. El brote es rico en nutrientes como vitaminas, enzimas, oligoelementos y aminoácidos esenciales. También son fáciles de digerir.
Preparación de los brotes de soja
Para preparar los brotes de soja en casa, colocar las semillas bien limpias y enjuagadas en un plato hondo con agua, dejándolas sumergidas. Cubrirlas con una servilleta húmeda y dejar en remojo durante seis a doce horas, dependiendo del tamaño de las semillas.
Por la mañana, las semillas deben enjuagarse nuevamente y colocarse nuevamente en el fondo del plato, así húmedas como están, pero sin agregar más agua; deben cubrirse nuevamente con una servilleta húmeda y nuevamente con un plato volcado, y dejar que broten.
Enjuagar dos veces al día durante los primeros 2-3 días, luego cubrir siempre de la manera habitual. El proceso se repite durante 4 días hasta que los brotes tienen 3-4 centímetros de largo. En este punto, se pueden usar en numerosas preparaciones.
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