Aunque parezca sencillo de preparar, muchos expertos aseguran que hay mil y un trucos para que el café que se haga, resulte tener un sabor que logre impresionar hasta a los Dioses.
Si eres de esas personas a quienes una taza de café les da ánimos y alegra todo el día, entonces no hace falta ir hasta una cafetería para tomarlo, con algunos secretos y muchas ganas de querer hacerlo, se puede hacer el mejor de los cafés.
Para comenzar, lo primero que hay que hacer es conseguir un café de buena calidad para que el resultado sea perfecto. Resulta mucho mejor cuando se compra en grano y después se muele para prepararlo.
El hecho de moler el café se hace siempre con pequeñas cantidades, y una vez que se ha molido tiende a perder su aroma. Debemos tener cuidado en no dejarlo muy grueso ni muy fino.
Si tomas café varias veces al día y quieres guardarlo en la refrigeradora, es mejor que desistas de esa idea, porque la humedad hace que pierda el aroma y se vuelva amargo, sobre todo cuando ha sido molido.
Se recomienda colocarlo en un lugar fresco y en un frasco de color oscuro que cuente con cierre hermético. Los expertos señalan que el grano molido sólo puede conservar sus propiedades entre 10 y 15 días.
En cuanto a medidas exactas, se debe servir 20 gramos en cada taza, pero esto siempre va a depender del tipo de café que se haga. El agua es otro punto de importancia ya que debe estar entre los 94 y los 96 grados, es decir caliente pero nunca hirviendo.
Un último secreto se relaciona con la taza, y es que cualquiera que se use debe estar un poco caliente antes de verter el líquido. La taza tampoco debe ser de plástico o de metal, porque estos materiales cambian el sabor original y hasta llegan a alterarlo.
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