Muy a menudo nos preguntamos: ¿cómo reemplazar el azúcar en las recetas dulces? La respuesta es: con dátiles. Esta fruta de Oriente Medio muy habitual en la cocina del sur del Mediterráneo es un válido aliado para nuestras recetas de postres sin azúcar. Veamos cómo aprovecharlos al máximo.
Usar azúcar refinada en la cocina es muy común, seguro. Pero no deja de tener sus inconvenientes. No sólo el azúcar tiene un alto contenido calórico sino que el proceso de refinado al que es sometido es también el resultado de diversos tratamientos químicos, potencialmente dañinos para nuestro organismo. También destruyen numerosas sustancias, como vitaminas, sales minerales y proteínas, presentes en la remolacha, materia prima de la que procede este producto. En definitiva, el azúcar refinado, si se consume en cantidades excesivas, es perjudicial para la salud. Algunos intentan reemplazarlo o al menos reducir su uso y afortunadamente alternativas naturales no faltan.
Dátiles al natural
Comencemos con la fruta natural. El procedimiento para utilizar los dátiles como edulcorante natural es sencillo: se dejan en remojo durante la noche, se escurren, se les quitan los huesos y finalmente se trituran, añadiendo poco a poco el agua de remojo. El resultado debe ser una crema suave, con una consistencia similar a la de una mermelada. La pasta de dátiles también se puede conservar en el frigorífico durante 30-40 días y es perfecta para endulzar tartas, galletas, magdalenas o bebidas.
Jarabe de dátiles
El azúcar blanco refinado contiene alrededor de 390 calorías por cada 100 gramos, el jarabe de dátiles 260-290. Una gran diferencia, frente a un alto poder edulcorante. Conocido y utilizado desde la antigüedad en Oriente, es denso, con un bonito color marrón, tiene un sabor que recuerda a melaza y caramelo. Es perfecto para sustituir el azúcar en postres como tartas y galletas caseras, para té, batidos y yogures. Pruébalo también simplemente untado en una rebanada de pan o como plus en aderezos para ensaladas, incluidas las de frutas. En resumen, el sirope de dátiles va bien con dulce y salado. La receta para su elaboración es muy sencilla de reproducir en casa: primero se cuecen los dátiles en agua, luego se filtran y se exprimen. Luego, el jugo se reduce a fuego lento hasta que alcanza una consistencia de jarabe.
Azúcar de dátiles
Otra opción interesante es el azúcar elaborado a partir de dátiles secados y deshidratados al sol, y luego finamente molidos. Contiene unas 280 calorías por cada 100 gramos pero cabe destacar que tiene un poder edulcorante ligeramente inferior al del azúcar refinada. Tampoco es adecuado para bebidas calientes ya que es difícil de disolver. Sin embargo, para todos los demás usos, adelante. También es muy efectivo para eliminar la acidez de las salsas.
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