Una de las principales razones para ser tan utilizado es que es muy natural y puede conseguirse en estado sólido o líquido, capaz de derretirse con mucha facilidad al ponerlo al fuego y por ello es un sustituto ideal de la mantequilla, la margarina o de los otros aceites que existen. Además, ofrece una serie de beneficios para la salud.
Propiedades medicinales del aceite de coco
Su principal propiedad, es su contenido de ácido láurico, una sustancia antioxidante, antiviral y antibacterial muy potente. Por otro lado, posee triglicéridos de cadena media que aceleran el metabolismo y ayudan a adelgazar.
El aceite de coco es ideal para estimular la función de la glándula tiroides, aumenta el metabolismo y mejora la presión sanguínea. Es perfecto para mejorar los niveles del colesterol bueno y mejora las defensa en contra de los virus y bacterias.
Además, mejora el control de la diabetes, refuerza los huesos, ayuda a tener una buena digestión y previene las enfermedades cardiacas.
Se ha comprobado que el aceite de coco es muy bueno para prevenir el cáncer ya que aumenta significativamente la capacidad defensiva del sistema inmunológico.
Puede ser utilizado por quienes están en plan de perder peso y para quienes desean reducir la grasa abdominal.
Puede que parezca complicado pero no es difícil conseguir este aceite, ya que todas las tiendas especializadas en alimentos naturales lo tienen y a veces puede encontrarse en su versión orgánica.
También se puede encontrar en su forma semi sólida o líquida y puede emplearse igual que la mantequilla, derritiéndolo en la sartén a fuego bajo para poder preparar salteados con vegetales, para freír, para usar en productos de repostería y panadería, para añadir a las palomitas de maíz o hacer panqueques.
Muchos especialistas de la salud indican que el aceite de coco es el único con el que se debería cocinar ya que no se oxida al calentarlo. El coco es considerado el único alimento que contiene ácidos grasos de cadena corta y no necesita de enzimas pancreáticas o de bilis para su digestión, siendo ideal para las personas que no tienen vesícula biliar y para quienes tienen problemas en la digestión de las grasas, o hepáticos.
Se recomienda añadir unas cuantas cucharadas en los batidos de frutas y en los licuados proteicos para que obtengan algo de nutrición y densidad.
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