Maracuyá, o fruta de la pasión, desde su origen hasta su uso en la cocina

La fruta de la pasión o maracuyá es originaria de Brasil. Utilizada para hacer postres, licuados o zumos, también es muy adecuada para combinar con una pizca de creatividad con carnes, pescados y quesos gracias a su original sabor agridulce. En particular, el jugo obtenido es la base de muchas recetas para preparar mermeladas, cremas, mousses, pero también sorbetes y postres. Pero, ¿por qué se llama así a la fruta de la pasión? ¿Por qué maracuyá?

Seguramente el pensamiento más común es asociar su nombre con propiedades afrodisíacas, pero este no es el caso. El nombre del fruto proviene de la estilización de algunos elementos de la planta atribuibles a la crucifixión de Cristo. De hecho, parece que los jesuitas en Sudamérica utilizaron esta flor para explicar a los nativos el concepto de la pasión de Cristo. Por ejemplo, algunos filamentos representarían la corona de espinas. Los tres estigmas, los tres clavos en manos y pies. Los cinco pétalos, por otro lado, representarían a los cinco apóstoles que aún eran fieles.

Se pueden encontrar dos tipos principales de maracuyá: el maracuyá morada (passiflora edulis), que tiene una piel de color púrpura oscuro y es más pequeña que la fruta de la pasión amarilla (passiflora edulis flavicarpa).


¿Cómo se come?

No es necesario pelar la fruta de la pasión. Se come fresca, simplemente cortando la fruta en dos partes iguales con un cuchillo. Después de eso, la pulpa gelatinosa y las semillas se comen con una cuchaita.

Su tierra natal es Brasil, pero hoy en día también se cultiva en abundancia en Australia, Hawai, India, Perú, Sri Lanka y en algunos estados del sur de África y otros países con clima tropical. Hay muchas variaciones y porte de su planta: desde el arbusto hasta el trepador; en lugares particularmente cálidos es una planta perenne. En zonas más cálidas, también se puede cultivar en macetas o en el suelo


Propiedades y beneficios

La fruta de la pasión o maracuyá es rica en antioxidantes, vitaminas, sales minerales y fibras que contribuyen al buen funcionamiento intestinal y a regular los niveles de colesterol. También es rica en vitamina C que protege y fortalece el sistema inmunológico. Es una fruta también rica en vitamina A y betacaroteno, por lo que protege los ojos y es amiga de la piel. En cuanto a las sales minerales, la fruta de la pasión contiene potasio, forsorus, magnesio, cobre e incluso hierro. Evidentemente es amiga de la dieta, baja en calorías y por tanto apta para cualquier tipo de dieta.

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