Melón: orígenes y propiedades de la fruta más fresca de verano

Dulce, fresco y delicioso, el melón es sin duda uno de los productos del verano por excelencia. El fruto en particular se deriva de la planta Cucumis melo y se encuentra en diferentes variedades.

El más conocido es sin duda el clásico melón Cantaloupe con forma elíptica de tamaño mediano, la superficie exterior reticulada y la sabrosa pulpa amarillo-naranja.

Luego están el melón reticulado, de pulpa blanca o amarillo verdosa, y los melones de invierno que se mantienen muy bien incluso en los meses fríos, tienen piel suave y pulpa blanquecina cuyo sabor recuerda tanto al melón como a la pera.


Propiedades del melón

El melón no solo es delicioso, sino que también es una verdadera panacea para la salud. Tiene solo 34 kcal por 100 gramos, está compuesto por un 90% de agua y contiene sales minerales, especialmente potasio, fósforo y calcio, y vitaminas, en particular C, B3 y A.

La fruta tiene una función antioxidante que combate los radicales libres y, gracias al betacaroteno, la luteína y la zeaxantina, ayuda a prevenir el cáncer.

Las curcubitacinas contenidas en el melón tienen propiedades antiinflamatorias útiles para algunas enfermedades cardíacas, una buena cantidad de potasio es buena para la circulación y la presión arterial y la adenosina previene los accidentes cerebrovasculares y los ataques cardíacos.

La vitamina A contribuye a mantener la salud ocular, mientras que los carotenoides previenen los procesos destructivos de la retina. El betacaroteno también fortalece el sistema inmunológico y previene infecciones.

Pero no se detiene ahí, porque el melón también es purificante, hidratante, excelente para la piel seca, ayuda a combatir los trastornos del sueño, promueve la producción de melanina, protege la salud ósea y está recomendado para mujeres embarazadas.


Los origenes

La mayoría de los estudiosos dan fe de su origen en Asia Central, desde donde el melón se extendió a China e India y posteriormente a la cuenca del Mediterráneo.

Seguramente fue durante el Imperio Romano cuando la fruta comenzó a extenderse también en Europa, y es que ya en la época del emperador Diocleciano se emitió un edicto para gravar los ejemplares que pesaran más de 200 gramos.

En la antigüedad, la fruta se consideraba un símbolo de prosperidad y fecundidad por las muchas semillas que contiene.

En la actualidad, el principal productor mundial de melón sigue siendo Asia, seguido de Europa, donde la fruta se cultiva principalmente en España, Rumanía, Francia e Italia.

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