El sueño de las frambuesas propias

Placer absoluto devorarlas allí, en el momento justo de maduración, placer más que absoluto: comer lo que uno siembra.

Se pueden cultivar en tierra o en maceta, las frágiles frambuesas eso sí, aman la buena tierra. Se plantan en estacas con raíz, a finales del invierno. Al poco tiempo se verán crecer sus hojas.

Existen muchas variedades, la mejor es la Heritage. Dicen que es difícil de cultivar, no haga caso, con cuidados, sutilezas y astucias, en horticultura, todo se da.

Disfrute esta magia de la naturaleza, frescas, pero si tiene muchas, haga como en los países nórdicos, que comen todo el año las frescas bayas del bosque, congelándolas. Eso sí, en potes chicos, para utilizar de una vez, con un poquito de azúcar. No hay que olvidar que una vez cortada la cadena de frío, los productos no pueden congelarse nuevamente.

Si algunas frambuesas se pasaron, elabore este chutney fantástico para acompañar carnes.

Chutney de frambuesas

1 y 1/2 kg. de frambuesas u otras bayas lavadas

450 gr. de manzanas verdes, peladas y picadas

1/4 de vinagre de manzana

1 cucharadita de sal

1 cucharadita de mostaza en polvo

1 cucharadita de jengibre molido

1 cucharadita de nuez moscada

1 pizca de pimienta de Cayena

450 gr. de azúcar negra

Ponga las frambuesas, manzanas y cebollas en una olla con vinagre, sal y especias. Lleve al punto de ebullición, revuelva, reduzca el fuego, cubra y continúe durante una hora la cocción a fuego mínimo.

Pase por un colador presionando con una cuchara. Vuelque todo en la olla, agregue el azúcar y caliente despacio hasta que el azúcar se disuelva. Cuando entre en ebullición, cocine 15 minutos hasta que el chutney esté espeso.

Vuelque en frascos esterilizados, tibios y secos. Cubra con papel de manteca impregnado en whisky y tape cuando esté frío. Espere un mes antes de comerlo.

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