El tomillo, es primo (por la familia de las labiadas) del orégano, de la mejorana, de la salvia, de la menta, del romero, de la ajedrea; las cuatro últimas tan europeas como él pero más prestigiosas. En otoño otorga flores espigadas y lilas, parecidas a la lavanda.
El tomillo crece de gajo y en cualquier terruño; es específicamente resistente y salvaje. Su gusto es tan testarudo en la persistencia desde el inicio de la cocción y en su carácter de herbácea seca conservada, como el del orégano; algo más áspero y astringente; algo más ácido, pero en todo caso se trata de matices.
Puede, sin temor, acompañar o suplantar al orégano en todos sus usos frescos o cocidos. Sus pequeñísimas hojas, verdes por delante y blancuzcas por detrás, son estrechas y tienden a enrollarse en los bordes.
Secas, son más duras que las de orégano y, desde ya, que las de mejorana. La elección, en este caso, es aleatoria. La variante es la suma. Cualquier receta que señale dos pizcas (es decir dos medias cucharaditas de té) de orégano puede enriquecerse balanceando una de orégano y una de tomillo.
Es ideal como acompañante algo más critico de la mejorana y el orégano. En todas sus aplicaciones incluyendo las salsas al vino, que se llevan tan bien con esta familia.
Tomillo:
Nombre en otros idiomas: Alemán: Thymian, Francés: Thym, Inglés: Thime, Italiano:Timo.
Partes empleadas: hojas, flores frescas o secas.
Usos principales: Universal coma el orégano y la mejorana. Se complementa bien con los antedichos y el perejil. Levemente más cítrico.
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