Todos los secretos de la crema catalana

Hay que confesarlo gran parte de su imperecedero encanto reside en el contraste entre la textura aterciopelada y suave de la crema con la fina y crujiente capa superior de azúcar "quemada", sin la cual la crema catalana no sería la misma. 

Pariente cercano de la creme brulée este postre es típico, como su nombre indica, de Catalunya y si antaño se reservaba para la fiesta de San José, en la actualidad se encuentra en el menú de todo el año y en prácticamente todos los rincones de España.

Realmente fácil de preparar en casa, la crema catalana es una garantía de éxito que nos retrotrae a la infancia, no sólo por el gusto de la leche, los huevos, el azúcar y poco más, sino por la invitación lúdica a romper su dulce corteza con el dorso de una cuchara...

Si del lado de los ingredientes la cuestión no presenta mayores problemas, algunos cuidados e indicaciones merece en cambio la fase de "caramelizado".

Tradicionalmente se obtiene con un hierro redondo al rojo vivo, que se presiona suavemente sobre la superficie de la crema, muy fría, y cubierta con una generosa cantidad de azúcar. Parece complicado, pero si se posee, esta herramienta es, definitivamente, el mejor sistema. Alternativamente, se puede utilizar un soplete de cocina, una especie de pequeña "pistola" con una llama controlada que se utiliza profesionalmente (no cuesta mucho y se consigue con relativa facilidad en las tiendas). Y si no posee ninguno de estos artefactos, no importa, utilice tranquilamente la función grill del horno, que igualmente le dará algunas buenas satisfacciones.

Esta es la receta de la crema catalana