Al descubrimiento de la mantequilla vegana

La mantequilla es un condimento versátil, se utiliza sobre todo en la preparación de productos horneados pero también es el quid de muchas otras recetas. Los nutricionistas siempre han sugerido limitar su uso por el alto contenido de grasas saturadas, que no son precisamente las óptimas para nuestra salud. Entonces seamos realistas: si te excedes, la mantequilla se convierte en sinónimo de pesadez y favorece la acumulación de kilos de más. Esto no significa que sea necesario desterrarla por completo de la dieta, sino que, de hecho, es importante moderarse. Un excelente hábito es alternarla con las versiones veganas, que se utilizan de la misma forma pero que son fuente de grasas insaturadas y otras sustancias beneficiosas (desde vitaminas hasta fibra), merecen el título de ligeras y al mismo tiempo no defraudan en cuanto a sabor. Veamos las más interesantes.


Mantequilla de soja

Es la mantequilla vegetal más conocida y popular. No es difícil encontrarla en el mercado, incluso en los supermercados mejor surtidos, pero en este caso no es raro que contenga aceite de palma. Después de todo, prepararlo en casa es un juego de niños. Basta verter en un recipiente 100 ml de aceite de oliva virgen extra, 50 g de leche de soja sin azúcar, una pizca de sal y unas gotas de zumo de limón. Licuar todo con una batidora de inmersión hasta obtener una mezcla homogénea y cremosa. Voila, hecho. La mantequilla de soja se conserva perfectamente en el frigorífico durante 4 días, máximo 5.


Mantequilla de almendras

Todo el mundo lo sabe: las almendras son ricas en grasas insaturadas, magnesio e incluso vitaminas. La mantequilla de almendras también está disponible en el mercado, pero como siempre, sugerimos la ruta casera. Se empieza calentando 300 g de almendras peladas en una sartén, sin pasar por el proceso de tostado. Una vez enfriado, licuar con un poco de sal y poco a poco ir añadiendo 15 ml de aceite de oliva virgen extra o de semillas. Durante el procesamiento, es bueno tomar descansos para evitar que las cuchillas se sobrecalienten. El resultado debe ser una especie de masa harinosa. La mantequilla de almendras se puede almacenar en un recipiente de vidrio y en el refrigerador durante 5-6 días. Con el mismo procedimiento obtenemos mantequilla de nueces, avellanas y cacahuetes, que sin embargo tienen un sabor mucho más fuerte y por tanto son menos versátiles.


Mantequilla de semillas de girasol

Esta mantequilla vegana, por otro lado, garantiza un excelente aporte de vitamina E además de selenio. Una vez más, el procedimiento es de una sencillez asombrosa. Al igual que las almendras, las semillas de girasol requieren en primer lugar un breve paso por la sartén. Posteriormente, se dejan enfriar y se transfieren a la jarra batidora, dejando que el aparato funcione a máxima velocidad durante unos instantes. Luego se agregan 3 o 4 cucharadas de aceite de girasol y una pizca de sal y se vuelve a mezclar hasta obtener una crema suave y homogénea. Esta mantequilla permanece inalterada (en la nevera) durante 5-6 días.


Mantequilla de aguacate

Prueba también este tipo de mantequilla que conserva las mismas propiedades de la fruta en cuestión y tiene un sabor delicado e inconfundible. Simplemente untar sobre una rebanada de pan, sabe muy bien.

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