Un grupo de adultos sanos se sometió a una serie de pruebas, comprobando los efectos de una dieta baja en carotenoides y una dieta rica en frutas y verduras ricas en carotenoides. Su antioxidante es una panacea para el organismo, ya que actúa contrarrestando la inflamación fortaleciendo el sistema inmunológico. Por ello, los estudiosos han destacado el efecto beneficioso de estos alimentos, que deben consumirse estrictamente frescos y no en la versión de suplemento, variando su presencia en la mesa.
Cada combinación aporta un efecto diferente sobre la salud: las que contienen alfa caroteno, beta caroteno y beta criptoxantina facilitan la ingesta de vitamina A, necesaria para la visión pero también para el sistema inmunitario. La zanahoria, el pimiento, la calabaza, la lechuga, el tomate y el pomelo son los más válidos, dando luz verde también a los productos que contienen el anticancerígeno licopeno, como el tomate y el propio pomelo. Por último, grelos, remolachas y espinacas, importantes fuentes de luteína y zeaxantina, son excelentes para la salud ocular.
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