Harina de almendras: cómo hacerla en casa y cómo utilizarla

La harina de almendras es un ingrediente ampliamente utilizado en la pasteleria para la preparación de dulces: de hecho, es un excelente sustituto de la harina común para hacer muchas recetas. Para la preparación, se pueden usar almendras sin cáscara y peladas o sólo sin cáscara: simplemente pasarlas por la licuadora o el mixer para molerlas. El resultado final es una harina aceitosa al tacto que mantiene intactos todos sus antioxidantes y otras propiedades. Pero conozcamos más.


¿Qué es la harina de almendras y cómo usarla en la cocina?

La harina de almendras se usa para enriquecer postres o para preparar pasta de almendras, excelente para hacer decoraciones para pasteles y para crear bebidas. Esta harina alternativa se puede obtener de almendras sin cáscara o sin cáscara y sin piel: la harina de almendras que se encuentra en el mercado, generalmente se prepara con almendras rotas o dañadas, es decir, con las sobrantes; por lo que es preferible prepararla en casa, si se desea un producto de calidad. Sin embargo, hay que recordar que es un ingrediente muy calórico, por lo que es mejor no excederse en su consumo. Entre los usos de la harina de almendras se encuentra la preparación de mazapán, que se hace con la adición de azúcar, pero también es ideal preparar galletas de almendras, enriquecidas con almendras enteras o frutas confitadas.


Como preparar harina de almendras en casa

Hervir agua en una cacerola, agregar 500 gr de almendras sin pelar y dejar que se cocinen por un poco más de un minuto. Luego pasarlas bajo el agua fría, escurrirlas y pelarlas individualmente, facilitando la operación frotándolas con un paño de cocina. Colocar las almendras en una bandeja de horno cubierta con papel pergamino y hornear a 200° durante unos 7 minutos, o hasta que estén doradas: simplemente dejar que se sequen bien. Una vez listas, dejar enfriar y luego mixearlas intermitentemente para obtener una harina lo suficientemente espesa.


Consejos y conservación

No mixear durante mucho tiempo, de lo contrario las almendras se sobrecalentarán liberando aceite: de esta manera se obtendrá una pasta amarillenta. Un truco puede ser poner la licuadora y las almendras en el congelador durante unos minutos, para que estén muy frías antes de usarlas.

Si se necesita obtener una harina de almendras más fina, tal vez para la preparación de macarons, procesar las almendras en un molinillo de café, siempre de forma intermitente. Si las almendras liberaran demasiado aceite, se puede agregar un poco de azúcar.

Se puede guardar la harina de almendras en la nevera en un frasco de vidrio bien cerrado durante una semana.

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